El Príncipe de Asturias se ha mostrado hoy convencido de que Catalunya «no es un problema» y ha hecho un llamamiento a los responsables políticos para que contribuyan a «rebajar la tensión» de los últimos días.
En una conversación informal con periodistas durante la tradicional recepción en el Palacio Real con motivo del Día de la Fiesta Nacional, ha subrayado que la tensión actual deben resolverla «con responsabilidad» los políticos.
Eso sí, la Corona, como ha hecho hasta ahora, está dispuesta a contribuir también con responsabilidad a la búsqueda de una solución, ha dicho, si bien ha reconocido que el ambiente preelectoral no favorece esta tarea de rebajar la tensión.
Preguntado por el aparente aumento de los ciudadanos catalanes que defienden la independencia, el Príncipe ha subrayado que Cataluña es una sociedad muy plural y ha señalado que él confía más en la Cataluña «real» que en toda esta «espuma» de imágenes y declaraciones que en los últimos días están dando la imagen de un territorio distanciado del resto de España.
En su opinión, en estos días estamos viendo manifestaciones de una parte de la sociedad catalana que no representa la totalidad de esa sociedad y ha apuntado que quizás entre los catalanes hay quienes aún no han encontrado unas siglas políticas con las que se identifiquen plenamente.
El Heredero de la Corona ha sido prácticamente el único que se ha mostrado dispuesto a intercambiar impresiones con los periodistas sobre la deriva soberanista en Cataluña. Al Rey también se le ha preguntado pero ha desviado la pregunta. «*Sevilla?», ha respondido con guasa a un periodista que quería conocer su opinión al respecto. «No me vais a sacar una palabra», ha dicho en otro momento.
Ni el presidente del Gobierno ni sus ministros, con la excepción del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, han querido hacer declaraciones sobre Cataluña. Tampoco el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Don Felipe también ha intercambiado opiniones con la prensa en torno a la crisis y sobre la inesperada concesión a la UE del Premio Nobel de la Paz.
Con respecto al primer tema, se ha referido a la necesidad de buscar un equilibrio para lanzar mensajes optimistas a la ciudadanía sobre la superación de la crisis, pero con mesura pues hay mucha gente que lo está pasando muy mal.
Sobre el Nobel de la Paz a la UE, ha reconocido que este premio siempre es inesperado y ha señalado que es posible que algunos ciudadanos europeos, como los griegos, les cueste entender su justificación. Para él, el galardón supone una apuesta por el impulso y el futuro de Europa.