El histórico dirigente comunista Santiago Carrillo, Secretario general del PCE de 1960 a 1982 y uno de los artífices de la transición española, murió ayer en su casa de Madrid a los 97 años.
Carrillo, que había sufrido en la última semana un empeoramiento en su estado de salud, después de que en los últimos meses tuviera que ser hospitalizado en diversas ocasiones, falleció a las cinco de la tarde, mientras dormía la siesta, según informaron fuentes de su familia.
La última vez en ser ingresado fue el pasado mes de julio, cuando estuvo varios días en observación en el hospital Gregorio Marañón de Madrid por un problema de riego sanguíneo.La viuda de Santiago Carrillo, Carmen Menéndez, se encuentra «entera» y sumida en el dolor, según ha explicado su hijo Santiago.
Alma del PCE
Secretario general del PCE de 1960 a 1982 y uno de los artífices de la transición española, Santiago Carrillo ya en democracia, compatibilizó su clara militancia republicana con su admiración por el Rey, con quien mantenía una excelente relación. Hijo de un militante del PSOE y de UGT, nació en Gijón, el 18 de enero de 1915, aunque pronto se trasladó a Madrid con su familia.
En julio de 1936 se afilió al PCE y a pesar de su juventud, tuvo un papel destacado en la vida política de Madrid tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936.
Como delegado de Orden Público y miembro de la Junta de Defensa de Madrid, desde el 6 de noviembre de 1936, le han responsabilizado de la matanza de militares sublevados en Paracuellos (Madrid) del 7 y 8 de ese mes, aunque Carrillo siempre ha defendido que fue obra de descontrolados.
En febrero de 1939 cruzó la frontera francesa y comenzó un exilio de 38 años, que le llevó a la Unión Soviética, EE.UU., Argentina, México y Argelia, hasta que fijó su residencia en París.
«Delfín» de Dolores Ibárruri, «La Pasionaria» desde 1946, en el VI Congreso del PCE (1960) en el que ésta fue elegida presidenta, Carrillo fue elegido secretario general, cargo que ocupó hasta 1982.
Legalización del partido y Transición
Tras la muerte de Franco usó distintas fórmulas de presión para conseguir la legalización del PCE, como la convocatoria de una rueda de prensa en Madrid el 10 de diciembre de 1976, que provocó su detención, el día 22 de ese mes, llevando una peluca que le haría famoso en toda España.
Diputado en los primeros comicios democráticos de junio de 1977, participó en los «pactos de la Moncloa».
Vivió el intento golpe de Estado del 23-F y fue uno de los tres políticos, junto al presidente del Gobierno, Adolfo Suárez y al vicepresidente, general Gutiérrez Mellado, que permaneció en su escaño, desobedeciendo las órdenes del coronel Tejero.
En 1985 se separó definitivamente del PCE y creó un nuevo grupo político, Partido de los Trabajadores-Unidad Comunista, con el que acudió a las elecciones de 1986, aunque no obtuvo escaño.
Autor de numerosos libros, en 1993 presentó sus «Memorias» y diez años después publicó «La memoria en retazos». El 18 de enero 2011, día de su 96 cumpleaños, presentó un nuevo libro «La difícil reconciliación de los españoles».
Retirada de la política
Desde su retirada de la política sufrió siete ingresos hospitalarios, pero permaneció activo con artículos periodísticos, nuevos libros y continuas apariciones públicas en conferencias, homenajes y tertulias radiofónicas.
Desde la infección urinaria que le mantuvo ingresado en un hospital madrileño dos días en octubre de 2011, sólo se había visto en público a Carrillo el pasado 30 de marzo, cuando acudió al tanatorio del municipio madrileño de Parla para rendir tributo al fallecido Domingo Malagón, cuya habilidad para falsificar documentos permitió a muchos comunistas eludir la represión franquista.
Minutos después de conocerse su fallecimiento, el pleno del Congreso irrumpió en aplausos en reconocimiento a uno de los artífices de la Transición española a la democracia.