El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano (Bildu), invitó a las instituciones y agentes políticos y sociales que exijan la excarcelación del preso de ETA Iosu Uribetxebarria, que «debería estar ya en la calle para acabar con una situación que está siendo ya kafkiana».
Garitano se sumó ayer a la concentración convocada por Herrira, el colectivo de apoyo a los presos de ETA, llevada a cabo en el Hospital Donostia, donde Uribetxebarria permanece ingresado desde el pasado 1 de agosto aquejado de un cáncer.
También se unireon a la protesta, «a título personal, según explicó Garitano, los diputados forales de Administración Foral y Función Pública, Garbiñe Errekondo, y de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Iñaki Errazkin.
En declaraciones a los medios de comunicación, Garitano señaló que la sociedad vasca ha demostrado su «decidida apuesta por el respeto de todos los derechos de todas las personas, y corresponde en este momento demandar el respeto de los derechos» de Uribetxebarria y su «inmediata excarcelación».
El diputado general hacía referencia a la jornada de ayuno y movilización convocada el sábado por Herrira y que concluyó ayer a las 20.00 horas para pedir la liberación de Uribetxebarria, condenado por el secuestro de Ortega Lara, entre otros delitos.
«Es tiempo de que el resto de las instituciones y agentes políticos y sociales también lo demanden», destacó Garitano.
El juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, decidirá previsiblemente esta semana si pone en libertad condicional por «razones humanitarias» a Uribetxeberria.
Informes
Castro tomará una decisión tras recibir el informe de la Fiscalía y a partir de los distintos informes que obran en la causa, entre ellos el de la Clínica Forense de la Audiencia Nacional, que concluye que el preso «en la actualidad no se encuentra en fase terminal y únicamente presenta leves síntomas clínicos» en relación con el cáncer que sufre.
Según este análisis, el recluso tendría un 50 por ciento de posibilidades de morir antes de 11 meses y podría ser atendido de su enfermedad sin necesidad de salir de la cárcel.
El informe contradice el que realizó el Hospital Donostia de San Sebastián. El documento recogía que el preso se encuentra en una situación «irreversible» en la que «más de la mitad de los pacientes fallecen antes de los nueves meses. También contrasta con el elaborado por la cárcel de Zaballa (Alava), que concluía que el tratamiento que necesita el preso no es posible en una cárcel.