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Las víctimas del accidente de Spanair, impotentes por no poder demostrar la verdad 4 años después

| Madrid |

La Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 recordará hoy a las 154 personas que murieron el 20 de agosto de 2008 en el accidente de un avión de la compañía Spanair en el aeropuerto de Barajas (Madrid) con la «impotencia» de no poder demostrar aún la verdad de lo que ocurrió aquel día.


Así lo ha señalado en una entrevista con Efe su presidenta, Pilar Vera, que ha destacado que este cuarto aniversario coincide con la «batalla tremenda» que siguen para que se revise el informe final de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), dependiente del Ministerio de Fomento, cuyas conclusiones son «completamente falsas».

Vera ha recordado que han solicitado al Parlamento Europeo la revisión de ese informe oficial con el que el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, Juan Javier Pérez, se ha basado para cerrar el pasado diciembre la instrucción del accidente e imputar a dos técnicos de mantenimiento, poniendo de nuevo «el contador a cero».
Las víctimas creen que la instrucción judicial se ha concluido demasiado pronto, opinión compartida por el Colegio de Pilotos (Copac), que el pasado día 1 pidió que se reabriera la investigación del accidente porque el informe de la CIAIAC tenía «numerosos errores».

Por ello, tienen la convicción de que van a lograr esta revisión, pero confía en que previamente lo haga el Ministerio de Fomento, cuya titular, Ana Pastor, se ha comprometido a intentar ayudarles con su petición de que comparezca en sede parlamentaria la presidenta de la CIAIAC, Rosa María Arnaldo.

Según el auto del magistrado, los dos técnicos imputados -José Antonio Viñuelas y Felipe García- debieron seguir investigando el 20 de agosto de 2008 el fallo detectado en el avión antes de decidir aplazar su reparación y despachar el avión, según lo también apuntado en el citado informe.

Además, concluía que no era «posible» conocer la causa del fallo que se produjo en el TOWS -sistema de advertencia de configuración inadecuada para un despegue- del avión.

El juez acusa a los dos técnicos de 154 delitos de homicidio imprudente -por los que la acusación popular representada por la asociación pide cuatro años de prisión por cada uno, más de seiscientos años de cárcel- y de 18 delitos de lesiones imprudentes por el número de heridos.

Sin embargo, la asociación acusa al juez de no haber querido «complicarse la vida» llegando hasta el final de la investigación y de haberla «cerrado en falso», y cree que la verdad de lo ocurrido aquel día se encuentra en el «antes, el durante y el después» de la catástrofe.

El antes, porque el certificado de renovabilidad del aparato siniestrado vencía el 22 de julio y se prorrogó durante otro mes, cuando el avión tenía que haber entrado «en parada completa», explica Vera.

El durante transcurrió cuando el momento en el que el piloto decidió volver al aparcamiento y ponerse en manos del servicio de mantenimiento de la compañía, y el después, «dramático», cuando los servicios de emergencia tardaron más de 45 minutos en llegar al lugar del accidente, denuncia Vera.

A estas ausencias de responsabilidades, añade, se suma la del fabricante del MD-82 siniestrado, Boeing.
«Nunca podremos tener paz si no tenemos algo de justicia», lamenta antes de reclamar una «compensación» al sufrimiento de los allegados de los fallecidos y a su trabajo realizado hasta «la extenuación» que, aunque no va a devolverles a sus seres queridos, sí va a contribuir «a que esto no vuelva a ocurrir».

Un trabajo que ha conseguido que las víctimas de accidentes aéreos adquieran carácter estatutario dentro del Estatuto de la Víctima que prepara el Ministerio de Justicia, que dedicará capítulos también a las del terrorismo, a las producidas por siniestros de tráfico y de violencia de género y cuyo borrador, según Vera, estará listo antes de finales de año.
«Todo está encaminado al homenaje eterno y a que tanta muerte y sufrimiento que ha causado esta tragedia no quede en el olvido», concluye.

Actos conmemorativos

Como en años anteriores, los actos conmemorativos del accidente, que está previsto que presida la ministra de Fomento, comenzarán a las 11.00 horas con una ofrenda floral en el monumento a los fallecidos situado en «La Rosaleda» del Parque Juan Carlos I, y a continuación los asistentes se dirigirán a la terminal 2 de Barajas.


Allí se realizará otra ofrenda floral en la placa de bronce y en el olivo colocados para recordar a las víctimas, se leerán unos poemas y se escuchará música de violonchelo.

Tras una rueda de prensa de Pilar Vera, los homenajes concluirán con la colocación del gran corazón con 154 rosas blancas en la piedra de granito colocada en el mismo lugar donde el avión de Spanair cayó al intentar el despegue, y donde el capellán del aeropuerto realizará un responso por los fallecidos.

Finalmente, desde las 14.23 horas hasta las 14.28 horas -momento coincidente con el del accidente- se guardará un silencio que se romperá con un aplauso.

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