La agencia de medición de riesgos Standard & Poor's ha decidido hoy rebajar la nota de cinco bancos españoles y ha degradado a «bono basura» la calificación crediticia de cuatro de ellos.
Según un comunicado remitido hoy, la agencia pasa a considerar «bono basura» la deuda de Banca Cívica, Banco Popular, Bankia y Bankinter, mientras que Banco Financiero y de Ahorros (BFA), que ya lo era, baja un escalón, hasta «B+».
Los cinco bancos rebajados pierden un escalón: Banco Popular y Bankinter pasan de «BBB-» a «BB+"; Banca Cívica, de «BB+» a «BB"; Bankia, de «BBB-» a «BB+», y BFA, de «BB-» a «B+».
Con esta nueva nota, Banco Popular resuelve el examen al que estaba sometido desde la adquisición de Banco Pastor.
Esta rebaja obedece a la revisión de la nota del sector bancario (conocida como BICRA por sus siglas en inglés), realizada también hoy, y en la que se ha mantenido a la banca española en el nivel 5, en una escala de 1 (menor riesgo) a 10 (mayor riesgo).
Sin embargo, la agencia explica que la calificación del sector bancario se divide en dos partes: el riesgo de la industria en sí misma, que se mantiene en 5, y el «riesgo económico», que baja de 5 a 6, en línea con la rebaja de la calificación de España.
La agencia cree que «el deterioro de la calidad de los activos de los bancos se acelerará este año y el próximo», al tiempo que tendrán que aumentar notablemente las provisiones, especialmente en 2012, «debido a las nuevas exigencias regulatorias en España».
Aunque reconoce que los bancos operan en una economía «grande y rica con un riesgo político bajo», las perspectivas de crecimiento son «modestas» debido a factores como el desempleo y las dificultades de financiación.
S&P valora los «esfuerzos» de los reguladores para «preparar financieramente» al sistema bancario para futuras bajadas, aunque critica que no advirtieron el «boom» inmobiliario y que actuaron con lentitud cuando se detectaron los primeros signos de debilidad.
Además, apunta que el proceso de reestructuración es «difícil» y un «reto», en especial en las adversas condiciones económicas y financieras que se viven en la actualidad.
Así, señala que el sistema financiero español depende en gran medida de la financiación externa, lo que lo hace «vulnerable a las turbulencias» en los mercados de capital.
En ese sentido, reconoce el papel jugado por el Banco Central Europeo (BCE) con las inyecciones de capital, que «no solo han evitado problemas de liquidez sino que han aplacado la competencia de precios».
S&P recuerda que la perspectiva de Banco Santander, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Kutxabank y Bankinter es negativa, lo que podría implicar una rebaja si aumenta la presión sobre ellos como consecuencia de un debilitamiento de las circunstancias económicas en España.
También es negativa la perspectiva de Caixabank e Ibercaja, debido a sus procesos de fusión, y de BFA y Bankia, dadas las dudas que rodean su proceso de saneamiento.
Sin embargo, la agencia otorga una perspectiva positiva a Banca Cívica, al considerar que la entidad se verá «potencialmente beneficiada» por su integración en Caixabank.
Algunas fuentes financieras han cuestionado hoy la validez del sistema de medición de riesgos de S&P, al considerar que carece del rigor necesario.