La Audiencia Nacional ha condenado a 843 años de cárcel a los etarras Andoni Otegi Eraso, 'Iosu', y Óscar Celarain Ortiz, 'Peio', al considerar probado «sin ningún género de duda» que fueron los autores del atentado contra la casa-cuartal de Santa Pola (Alicante), que la banda perpetró el 4 de agosto de 2002.
La sentencia, notificada este viernes, atribuye a los dos terroristas, para los que el fiscal pedía un total de 1.180 años de cárcel, el asesinato de Silvia Martínez Santiago, de seis años, y de Cecilio Gallego Alaminos, de 57, así como otros 51 en grado de tentativa y un delito de estragos terroristas.
La Sección Segunda de la Sala de lo Penal obliga a los dos acusados, integrantes del 'comando Argala' de ETA, a indemnizar a los padres de la pequeña asesinada, que declararon durante el juicio, con 211.768 euros, así como con 75.539 a familia del hombre, que murió cuando se encontraba en una parada de autobús situada junto al acuartelamiento.
La principal prueba valorada por el tribunal es la «autocrítica» incautada al exjefe militar de ETA Ibon Fernández de Iradi, 'Susper', en la que Otegi reconocía la comisión de este atentado, que el fiscal Miguel Angel Carballo calificó como parte de una «dramática y terrorífica peripecia» de acciones terroristas.
La detallada versión que escribieron en ese documento, elaborado para dar cuenta de sus actividades a la dirección de la banda terrorista, está corroborada por las declaraciones de una decena de testigos que los reconocieron, el hallazgo de una cinta con imágenes de la casa-cuartel atacada y croquis de las dependencias de la Guardia Civil de Elche y Torrevieja y el testimonio del presunto etarra Juan Carlos Besance, que reconoció que sacó los billetes a los acusados para trasladarse a Alicante.
Durante la última sesión del juicio, que quedó visto para sentencia el pasado 22 de febrero, el fiscal consideró «un milagro» que el atentado no provocara «más víctimas mortales y heridos de mayor gravedad».