Los órganos confederales de CCOO y UGT se reunirán hoy para decidir si convocan una huelga general contra la reforma laboral, después de que el Congreso haya convalidado ayer el decreto-ley del Gobierno y su tramitación como proyecto de ley.
Los centrales sindicales se han opuesto desde el primer momento a una reforma laboral que consideran «injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo», pero se han mostrado prudentes hasta la fecha a la hora de hablar de huelga general.
Desde la aprobación del decreto-ley en el Consejo de Ministros del 10 de febrero, los sindicatos han optado por pedirle al Gobierno que negocie para corregir los aspectos de la reforma que consideran más lesivos y han presentado sus propias propuestas al respecto.
Además, han salido a la calle para mostrar su rechazo a la reforma del mercado de trabajo del Ejecutivo en una primera jornada de protestas que tuvo lugar el pasado 19 de febrero y han llamado de nuevo a la movilización en todo el país el próximo domingo 11 de marzo.
El 19 de febrero, decenas de miles de personas acudieron a las 57 manifestaciones convocadas en todo el país, dando inicio a lo que los sindicatos denominaron como un proceso «intenso y sostenido» de movilizaciones y de información sobre la reforma laboral.
En Madrid, donde la manifestación reunió a 500.000 personas según los convocantes y 50.000 según fuentes policiales, los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, insistieron en que los sindicatos no buscan la confrontación, sino la corrección del texto de la reforma.
En esta línea se pronunciaron también el 9 de marzo aprovechando la Jornada de Acción Sindical Europea de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
Durante las concentraciones convocadas con motivo de la jornada contra las políticas de austeridad de la UE, Méndez, desde la Puerta del Sol de Madrid, y Toxo, desde Bruselas, reiteraron que los sindicatos apuestan por el diálogo y apuntaron al 8 de marzo como fecha límite para la rectificación del Gobierno.
Ambos líderes han evitado por el momento pronunciarse a favor de la huelga general, aunque han dejado claro que no renuncian al uso de ese instrumento democrático.
No obstante, las federaciones de los sindicatos de comunidades autónomas como Madrid y Cataluña se han mostrado más partidarias de la huelga general y han apuntado al 29 de marzo como posible fecha para la misma.
Ese día, las centrales sindicales nacionalistas del País Vasco, Navarra y Galicia ya han convocado una huelga general porque consideran que es su obligación defender a los trabajadores y a los desempleados de la «clara agresión» que supone la reforma.
Los sindicatos vascos y navarros (ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU) y la Confederación Intersindical Galega (CIG) han criticado a CCOO y UGT por no haberse sumado a la convocatoria, aunque mantienen la esperanza de que finalmente lo hagan en la misma fecha para sumar fuerzas y no dividir a los trabajadores.
Sin embargo, CCOO y UGT siempre han apostado por agotar todos los cauces de diálogo posibles antes de convocar la huelga general.
Toxo y Méndez han dirigido dos cartas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que abra un proceso de diálogo antes de la tramitación parlamentaria de la reforma y han presentado sus alternativas al texto del Gobierno.
También han subrayado que algunos aspectos de la reforma laboral pueden ser inconstitucionales y que el decreto-ley no respeta los pactos que alcanzaron con las patronales CEOE y CEPYME, que quedaron plasmados en II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva suscrito el 25 de enero.