La preocupación por la corrupción y el fraude ha experimentado un fuerte aumento en enero. Concretamente, ha subido más de seis puntos, doblando su cota de diciembre y se ha colocado como el cuarto problema nacional, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al pasado mes de enero, dado a conocer este lunes.
Esta encuesta, se basa en 2.480 entrevistas realizadas entre los días 4 y 15 de enero, un trabajo de campo que coincide en el tiempo con los ecos mediáticos de casos relevantes como el juicio contra el expresidente valenciano Francisco Camps por la 'causa de los trajes' desgajada del 'caso Gürtel', las noticias sobre el proceso sobre el expresidente balear Jaume Matas, la investigación al Instituto Nóos que dirigía el yerno del Rey, Iñaki Urdangarín , o las acusaciones de un empresario gallego contra el exministro socialista José Blanco.
La relación de problemas de España sigue estando encabezada por el paro, con un 83,3 por ciento de menciones, 1,2 puntos más que en el mes anterior. En el segundo lugar repiten los problemas económicos, citados en el 53,7 por ciento de los cuestionarios, y anotándose una subida de más de tres puntos.
La clase política y los partidos continúan como tercer problema, un puesto que ocupan ininterrumpidamente desde febrero de 2010, aunque su porcentaje baja dos puntos respecto a diciembre.
La 'sorpresa' del barómetro del enero aparece en el cuarto lugar del 'ranking' de problemas que, por primera vez, lo ocupan la corrupción y el fraude, que cosechan un 12,3 por ciento de menciones, más del doble del 6 por ciento que sumaban tan solo un mes antes.
El récord, en 1995
En los últimos dos años la corrupción había alcanzado su puesto más alto en abril de 2010, cuando se colocó en el sexto puesto con un 9,4 por ciento. En noviembre del año anterior se había anotado un 10,4 por ciento y ahora se queda con un 12,3. Pese a este incremento, sus cifras aún quedan lejos de su récord de enero de 1995, cuando su porcentaje de alusiones se situó en el 33,5 por ciento, por los casos de corrupción que salpicaban entonces al Gobierno de Felipe González.
Con la subida de la corrupción al cuarto puesto de la lista de problemas, la sanidad, que ocupó esta plaza en diciembre, figura ahora como quinto problema, con un 8,1 por ciento, frente al 9,34 por ciento del barómetro anterior. En el sexto puesto, que antes era para la educación aparece ahora la inmigración, con un 7,5 por ciento, mientras que el séptimo lugar es para la inseguridad ciudadana. La preocupación por la educación y la vivienda comparten el octavo puesto con un 5,6 por ciento.
En esta ocasión y coincidiendo con la llegada del PP al Gobierno el CIS ha introducido una pregunta no habitual en su barómetro para conocer qué previsiones hacen los encuestados sobre algunos de los principales problemas nacionales.
Todo a peor en 2012, salvo el terrorismo
De las respuesta se desprende que lo único que claramente mejorará en 2012 será la lucha contra el terrorismo (46,7%). Por contra, los que se creen que el paro irá a peor (46,7%) doblan a los que creen que mejorará y lo mismo pasa con la inseguridad ciudadana, la educación y las pensiones que suscitan malos augurios al entorno del 41 por ciento de los consultados.
Las diferencias son aún mayores en el caso de la asistencia sanitaria, ya que, frente al 16,5 por ciento que pronostica que mejorará hay un 55,2 por ciento que teme que empeore, y la vivienda, puesto que un 18 por ciento cree que ira a mejor pero un 45 por ciento opina justo lo contrario.
Por otra parte, para el 86,6 por ciento la situación económica es «mala» o «muy mala», que sólo es «buena» o «muy buena» para el 1,2 por ciento. Frente al casi 30 por ciento que cree que dentro de un año será peor, hay un 21 por ciento que sospecha que mejorará. Respecto a la situación política, es «mala» o «muy mala» para el 53 por ciento y «buena» o «muy buena» para el 8,3. El 22,7 por ciento la juzga peor que hace un año y los que creen que en 2012 mejorará (23,2%) superan pero por poco a los que pronostican que irá se deteriorará (19,6%).
La mitad acepta sacrificios
Otra pregunta novedosa tiene como objetivo recabar la opinión de los ciudadanos sobre tres afirmaciones para saber con cuál está más de acuerdo. Así, la mitad dice compartir que «hay que sacrificarse en el presente pensando en el futuro», uno de cada cuatro considera que «el futuro es tan incierto que es mejor vivir al día» y cerca del 20 por ciento defiende que «hay que confiar en el futuro porque al final las cosas salen bien».
El paro (45%) y los problemas de índole económica (43,3%) se mantienen en cabeza de la relación de preocupaciones personales, en la que las pensiones se reservan el tercer puesto (8,2%), seguidas de la sanidad (7%) y la educación (5,9%).