La agencia de calificación Fitch cumplió ayer su peor amenaza al rebajar en dos peldaños la calificación de solvencia de España. El país ha visto degradada su nota desde el sobresaliente bajo AA- que tenía hasta el simple notable que supone la nota A.
La menor solvencia actual de España refleja la preocupación de Fitch por el «significativo empeoramiento fiscal y económico» del país y pone como ejemplo el déficit mayor de lo esperado en 2011, próximo a un 8 %, y no al 6 % al que se había comprometido el anterior Gobierno.
Italia
La agencia de calificación ha rebajado dos peldaños la calificación de solvencia de Italia, Eslovenia, y en un escalón, la nota de Bélgica y Chipre.
Así Italia, pasa de notable alto (A+) a un notable bajo (A-); Irlanda, se mantiene con un aprobado alto (BBB+) y Chipre, que de un aprobado (BBB) se coloca a las puertas del «bono basura» (BBB-).
La agencia augura ahora que el camino de España para reducir su déficit será más complicado de lo que se suponía antes, y de hecho asegura que el objetivo de alcanzar este año el 4,4 % se comprobará que no es realista, por lo que cree que el objetivo del 3 % en 2013 no se alcanzará hasta 2014.
En el lado positivo, Fitch reconoce que España está ya corrigiendo los desequilibrios que se originaron durante el «boom» inmobiliario y reconoce también sus «instituciones fuertes y una gobernanza sólida», así como una economía diversificada y de alto valor añadido.
En el caso de Italia, la rebaja se basa principalmente en el aumento de los intereses de su deuda, mientras que en Chipre y Eslovenia, los recortes se fundamentan en la situación de su sistema bancario.
Por mucho que la financiación a largo plazo del Banco Central Europeo alivie algo la situación, la agencia vuelve a incidir en que la principal razón de sus recortes es la falta de solución a la crisis de deuda soberana en Europa.