La mayoría de los partidos minoritarios con representación parlamentaria pidieron ayer al Rey que interceda para garantizar que Amaiur y UPyD tengan grupo parlamentario propio en el Congreso y evitar un Grupo Mixto formado por numerosos diputados porque no sería operativo ni eficaz. Así se lo transmitieron al Rey algunos portavoces en la ronda de consultas que el monarca abrió ayer con los partidos para proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno en la sesión de investidura de la próxima semana.
Una amplia agenda en la que el Rey también pidió escuchar de boca del representante de ERC, Alfred Bosch, que este partido quiere salirse del Reino de España y que, en aras de la transparencia, las cuentas de la Familia Real deben fiscalizarse.
Jaula de grillos
Preocupados por la posibilidad de que el Grupo Mixto se convierta en una «jaula de grillos», en palabras del representante de Equo-Compromis, Joan Baldoví, los portavoces pidieron la mediación del Monarca conscientes, no obstante, de que la decisión la debe adoptar la Mesa del Congreso, que precisamente se reúne hoy para este fin.
De todos modos, tal y como señaló el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, el Rey trasladará al presidente del Congreso, Jesús Posada, la inquietud y preocupación que le han expresado los partidos minoritarios. La ronda de consultas sirvió también para constatar la preocupación del don Juan Carlos por el alcance de la crisis económica y sus consecuencias para los ciudadanos, compartida con los representantes de los partidos minoritarios, algunos de los cuales han defendido la necesidad de buscar cauces de diálogo para llegar a acuerdos que permitan salir de esa situación.
Para el representante del BNG, Francisco Jorquera, la apuesta clara de los ciudadanos el 20N por un mayor pluralismo político debe reflejarse en la composición de los grupos.
El representante de ERC, Albert Bosch, ha entregado al «señor Juan Carlos» una carta que resume el ideario independentista de su partido y sus iniciativas para garantizar la transparencia en las cuentas de la Familia Real porque, a su juicio, «algo huele a podrido».