El presidente del Senado, Pío García Escudero, se ha comprometido hoy a facilitar el diálogo entre los grupos parlamentarios para reformar el Senado de forma que se haga efectiva «en su totalidad» la función de representación territorial que le asigna la Constitución.
En su discurso de investidura como presidente del Senado, García Escudero ha recalcado que la Constitución concibió a la Cámara Alta en estrecha relación con el estado de las autonomías y que, así como éste «se ha materializado plenamente» desde 1978, no ha ocurrido lo mismo con el Senado.
Ha hecho hincapié en que pese a los esfuerzos que se han llevado a cabo para llevar a cabo la reforma del Senado, esta «gran cuestión sigue estando pendiente» por lo que su objetivo será facilitar el diálogo entre los grupos para que sea posible acordarla.
Sin embargo, García Escudero ha defendido rotundamente al Senado, una institución en la que lleva más de quince años, en la que cree y que, según ha dicho, ha cumplido «con dignidad» y «fielmente» las labores que le encomienda la Constitución.
Ha señalado que, aunque no ha hablado aún con el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre si acudirá a las sesiones de control del Senado como su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que es «una costumbre que debe respetarse».
Se ha comprometido a velar por los principios de «libertad e igualdad» en la Cámara y, en ese sentido, ha dicho a los senadores que podrán encontrar en la Presidencia de la Cámara «el mismo grado de amparo, sin que nadie pueda tener motivos para sentirse discriminado».
Ha asegurado además que intentará moderar los debates «con una actitud abierta y tolerante» sin más límites que los reglamentarios y el de velar por el respeto mutuo y la tolerancia, propios de la cortesía parlamentaria.
El nuevo presidente ha hecho una apelación al diálogo y la austeridad, con la que gobernará la Cámara ante la crisis económica.
Sin embargo, no ha concretado qué partidas reducirá en el presupuesto del Senado, y se ha limitado a afirmar que mantendrá lo imprescindible y recortará, si se puede, en lo más prescindible.
Asimismo, ha dejado claro que deberán ser los grupos parlamentarios los que impulsen, en su caso, una reforma del Reglamento para cualquier modificación, como, por ejemplo, el uso de las lenguas cooficiales en el Pleno, que se estrenó en la pasada legislatura.
García Escudero ha afirmado que siempre ha cumplido sus funciones en el Senado «con lealtad y dedicación» y ha prometido que, como presidente, seguirá haciéndolo «aún con mayor esfuerzo».
«La misión que nos han encomendado nuestros electores no es la de ahondar las divisiones, sino la de acortar distancias y buscar puntos de encuentro en los asuntos que interesen a los ciudadanos», ha manifestado el presidente del Senado quien ha añadido que pondrá todo su empeño «en buscar los medios para facilitar esos puentes de entendimiento».