La sanidad ha pasado a ser el cuarto mayor problema a ojos de los españoles, según el barómetro del CIS de noviembre. Nunca antes había estado entre los cinco primeros puestos. Para el 7,7% de los encuestados constituye su principal preocupación, por detrás del paro, los problemas económicos y la clase política.
En julio solo inquietaba al 4,3% de los españoles, y se situaba en el décimo lugar de la lista de principales problemas. En noviembre el porcentaje se ha elevado hasta el 7,7%, una décima menos que en el mes anterior pero un puesto por encima. En septiembre (6,10%) ya escaló hasta el séptimo.
El paro continúa encabezando la relación de problemas nacionales y su porcentaje sube dos puntos respecto al mes anterior hasta alcanzar el 83% de menciones. En segundo lugar vuelven a situarse los problemas económicos, que pasan del 51,3% de octubre al 48,2 actual.
Ya muy por detrás, con un 22,6%, la clase política y los partidos en general siguen anclados en el tercer puesto, que no han abandonado desde febrero de 2010, aunque con un punto menos que en octubre, pese a la cercanía de las elecciones.
Opiniones divididas
El barómetro revela asimismo que más de la mitad de los españoles desconfía del final definitivo del terrorismo de ETA, ya que el 57,4% ve poco o nada probable que desaparezca y la sociedad se muestra dividida sobre si debe haber o no diálogo con la banda si se confirma su abandono total de la actividad armada.
Así lo apunta una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) incluida en su último barómetro, según la cual el el 46,3% no cree que los gobiernos español y francés deban dialogar con ETA, frente a un 42,8 que sí apuesta por hablar.
Además, la mayoría de los encuestados, el 84,1%, está en contra de indultar a presos etarras, y el 42,4% rechaza el acercamiento de estos reclusos al País Vasco.
En las preguntas habituales del barómetro, el terrorismo se sitúa en el décimo lugar de las preocupaciones ciudadanas, ya que solo lo menciona como problema el 3,7%.
El CIS hizo las preguntas sobre ETA entre los días 2 y 9 de noviembre, dos semanas después de que la banda terrorista hiciese público su comunicado en el que anunciaba el cese definitivo de la actividad armada, que generó sobre todo un sentimiento de «alegría», para el 32,5%, seguido de «esperanza», por un 25%.