Recortes en los sueldos de los altos cargos y empleados públicos, privatizaciones, venta de patrimonio público y el incremento del billete del transporte público, la gasolina y las tasas universitarias. Estas son las medidas que ha anunciado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, de CiU, tras las elecciones generales, en las que no solo no ha sido castigado por los recortes que realizó anteriormente, sino que ha sido premiado al pasar su formación de 10 a 16 escaños.
El objetivo es que el Gobierno catalán ingrese 1.000 millones de euros más en 2012 y cumplir a rajatabla con las previsiones de déficit para que éste no supere el 1,3% del Producto Interior Bruto (PIB) el año que viene.
Las cuentas de los Presupuestos Generales de la Administración catalana para el próximo año contarán, como principal novedad, con el cambio que la Generalitat ha establecido sobre las prioridades seguidas durante este año. Y es que, tras priorizar los ajustes, ahora se marca como meta incrementar los ingresos, concretamente, en unos 1.000 millones de euros adicionales.
Otra vez la tijera
Para ello, el presidente de la Generalitat anunció ayer en rueda de prensa que volverá a meter 'la tijera' en 2012 al sueldo de los altos cargos y empleados públicos, así como también habrá despidos «muy selectivos».
Pero la cosa no acaba aquí. También venderá patrimonio público y privatizará la gestión de algunas infraestructuras, a lo que se añade el incremento del recibo del agua, del billete de transporte público, de la gasolina y de las tasas universitarias.
El importe de cada una de estas partidas aún no se ha concretado, aunque Mas detalló que su objetivo es aprobar las cuentas por parte del Consell Executiu en las próximas semanas y presentarlas a la oposición. De este modo, 2012 empezaría sin el Presupuesto aprobado y ello haría necesario prorrogar durante algunas semanas el de 2011, tal y como explicó el jefe del Ejecutivo catalán en la rueda de prensa posterior al primer Consell Executiu que se ha celebrado tras los comicios generales.
Asimismo, abogó por que PP y CiU se «ayuden mutuamente» a que la economía española se mantenga a flote, algo que debería traducirse con el apoyo de los 'populares' a los presupuestos catalanes de 2012.