El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó hoy su confianza en que los cinco bancos españoles a los que la UE exige aumentar su capital, por un importe conjunto de 26.161 millones de euros, puedan lograrlo sin necesidad de recurrir al dinero público.
Zapatero expresó su «pleno convencimiento» de que el Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y el Popular podrán captar los fondos requeridos en el mercado antes del 30 de junio de 2012 y de que la depreciación de su deuda no debe verse como algo negativo, ni rebajará aún más el flujo del crédito, aspecto clave para reactivar la economía.
El jefe del Ejecutivo transmitió su apoyo a estas entidades bancarias en la rueda de prensa al término de la cumbre de los países del euro en Bruselas, en la que además de la recapitalización bancaria, se acordó reforzar el fondo de rescate y elevar el impago de la deuda de Grecia hasta el 50 por ciento para evitar su quiebra.
La maratoniana reunión, que se prolongó durante casi ocho horas hasta bien entrada la noche, concluyó con un llamamiento a España para que adopte «reformas adicionales» con las que impulsar el crecimiento y frenar el desempleo.
En su texto de conclusiones, los líderes europeos elogian los «importantes pasos» dados por España en materia de ajuste, pero consideran que su índice de paro -20,89 por ciento- es «inaceptablemente alto», por lo que reclaman medidas para dotar de más «flexibilidad» al mercado laboral.
Zapatero no dio ninguna pista sobre si antes de las elecciones del 20 de noviembre aprobará nuevas actuaciones en materia de empleo, en respuesta a la demanda de los socios comunitarios.
El jefe del Gobierno optó por destacar la confianza y la calma que los acuerdos adoptados por los países del euro deberían insuflar a las emisiones de deuda.
Sobre la recapitalización de los bancos, que hará elevar al nueve por ciento su capital de máxima calidad, Zapatero rechazó verlo como un varapalo a la banca española, pese a ver depreciada su deuda.
Esta impresión contrasta con la postura defendida por el PP en vísperas de la cumbre, quien advirtió a Zapatero que cualquier devaluación supondría «estigmatizar» la deuda española en el futuro.
Para Zapatero, la medida es «equilibrada» y hará mejorar la solvencia de las cinco entidades financieras para evitar verse en riesgos por la cancelación parcial de lo que adeuda Grecia.
«Todos los esfuerzos que hagamos son necesarios», aseguró Zapatero, quien insistió en su convicción de que los bancos recabarán los fondos exigidos sin recurrir al Estado.
Al ser una medida «temporal y excepcional», opinó que no afectará a los préstamos que las administraciones públicas reciben de estos bancos.
Uno de los motivos en los que Zapatero basa su optimismo es que los bonos convertibles en acciones se puedan contabilizar como capital ampliado de buena calidad, como pedía el sector bancario.
Los cinco bancos españoles suman 9.000 millones de euros en este tipo de instrumentos financieros, por lo que la cifra que deberán recapitalizar sería de unos 17.000 millones, en vez de 26.000.
Zapatero también expresó su satisfacción por el acuerdo de los países del euro de incrementar a un billón de euros la capacidad de intervención del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
A su juicio, el reforzamiento de este fondo de seguridad servirá de «cortafuegos y muro de contención» después de los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.
También destacó que España podrá colocar su deuda a tipos de interés «más razonables» después de que la prima de riesgo se haya consolidado por encima de los 300 puntos en las últimas semanas.
Zapatero reiteró que España «mantiene las condiciones para seguir cumpliendo sus necesidades de financiación», siempre que prosiga sus planes de ajuste.
«Es la garantía que tenemos a medio plazo como país para vernos afectados lo menos posible por las tensiones», afirmó.