El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió ayer a los socialistas que no se resignen ante las encuestas que pronostican su derrota en las elecciones del 20N y les lanzó un mensaje tajante: «Yo no me voy a dejar ganar, ni vosotros os vais a dejar ganar».
Arropado por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, y por el expresidente Felipe González, Rubalcaba clausuró la Conferencia Política de su partido, en la que ofreció un gran pacto por el empleo y la promesa de no tocar las pensiones.
«No busquéis en mí ni resignación, ni nostalgia, ni melancolía», dejó claro el candidato socialista ante la «trascendente» cita con las urnas, para apuntar después: «Ésta es nuestra batalla, la de hoy y la del 20 de noviembre, y la tenemos que dar confiando en los ciudadanos».
Su análisis de la encrucijada actual en la que están España, Europa y el mundo en general es que la crisis se puede superar avanzando hacia un mundo mejor, más justo, más democrático, más solidario, que son, según recalcó, los valores que siempre han defendido los socialistas. «Ésta es nuestra revolución, éste es nuestro cambio», proclamó.
Rubalcaba pidió a sus compañeros que salgan en esta campaña a quitarle «la careta» al PP y a dejarle sin argumentos cuando dice que la sanidad y la educación pública no se pueden financiar.
Frente a un PSOE con ideas, propuestas y cuentas claras, contrapuso la ausencia de proyecto por parte del PP y los «depende» de su líder, Mariano Rajoy.
Durante los 53 minutos de discurso puso el acento en «la causa nacional» que es el empleo y se comprometió a promover un gran pacto con los agentes sociales, comunidades y partidos, al tiempo que ofreció planes específicos de trabajo para cada sector.
También defendió el «código genético» del PSOE y dijo que este partido centenario ha sido el de las grandes transformaciones y cambios en España, el que ha impulsado los derechos y las libertades, el que ha defendido la cohesión social y el que ha estado detrás de todos los grandes pactos.
No se olvidó en su intervención de hablar del déficit y fue para alertar del riesgo de que España se esté «pasando en la dosis de ahorro» y ello pueda cercenar sus posibilidades de crecimiento y creación de empleo.