El Congreso ha celebrado hoy su último pleno de la IX legislatura con una sesión cargada de buenos deseos, agradecimientos y reivindicaciones por parte de los diputados, muchos de los cuales, desde José Luis Rodríguez Zapatero a José Bono, saben que no volverán a ocupar su escaño el próximo año.
A la espera de que un Consejo de Ministros extraordinario apruebe el lunes el decreto de disolución de las Cámaras y la convocatoria de las elecciones generales, el pleno ha votado hoy las últimas leyes de la legislatura, con el impuesto de patrimonio como estrella.
El presidente del Congreso ha cerrado la sesión despidiéndose con bromas y cariño de los parlamentarios y pidiendo disculpas por sus «faltas».
Bono, el 144 presidente de la Cámara Baja, ha tenido palabras para todos los portavoces, ha destacado su amistad con los nacionalistas a pesar de sus discrepancias ideológicas, y ha sido especialmente afectuoso con el jefe del Ejecutivo.
«Gracias presidente, especialmente por lo que no te las den, por lo que hayas sufrido y no esté reconocido, por lo que hayas hecho en favor de España», le ha dicho.
Han faltado seis diputados al último pleno y uno era el líder del PP, Mariano Rajoy, al que Bono ha querido agradecer su «línea de acceso cordial», mientras que a su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, le ha felicitado «por lo que quiere y espera ser», «madre», ha dicho tras un segundo de silencio que ha despertado risas.
Ha dejado para el final al grupo socialista por esa «inclinación cristiana» de que, ha dicho, «los últimos pueden ser los primeros».
En su último día como parlamentario, Zapatero ha abandonado el hemiciclo rodeado de una nube de fotógrafos y cámaras de televisión, momento en el que ha querido hacer votos por el futuro del país: «mi deseo es que las cosas vayan a mejor para España y, sobre todo, para las personas que tienen mas dificultades».
Diputado desde 1986, apenas ha respondido cuando se le ha preguntado si echará de menos muchas cosas de su larga etapa en el Congreso -"la vida son siempre tiempos distintos», ha señalado- y se ha mostrado orgulloso del trabajo del parlamentario antes de fotografiarse para el recuerdo con Sáenz de Santamaría.
Desde la tribuna se han sucedido las despedidas y variadas reivindicaciones, como la que ha protagonizado el diputado de ERC, Joan Tardá, quien ha aprovechado su intervención en el debate sobre la ley del Museo Reina Sofía para pedir el derecho a la autodeterminación y la libertad de Arnaldo Otegi.
Cuando ya se llamaba a votar, los parlamentarios de las formaciones minoritarias de izquierda han esgrimido desde sus escaños carteles con la palabra «referéndum» y «volem decidir», en alusión a su intento frustrado de conseguir las firmas necesarias para que la reforma de la Constitución pase por las urnas.
También ha querido despedirse desde la tribuna la vicepresidenta primera, Elena Salgado, quien, tras defender el impuesto de patrimonio, ha dado las gracias a los diputados y «especialmente a los que han sido capaces de levantar la vista y apoyar planteamientos difíciles, pero muy necesarios en crisis».
Deja la política activa y ha recibido los parabienes de los diputados; «le deseo de todo corazón un futuro menos turbulento y estresante que el que ha tenido que vivir con esta crisis», le ha dicho el portavoz de economía del PNV, Pedro Azpiazu.