Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, advirtió a los católicos congregados en la misa que hacía oficial el arranque de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de que el camino hacia la evangelización de sus coetáneos no es fácil. A pesar de ello, instó al medio millón de católicos convocado en la Plaza de Cibeles a no cesar en el empeño y a asumir el «formidable» reto.
En la homilía del arranque oficial, que eludió las críticas a la aprobación de leyes que chocan con la Iglesia, como la del aborto o la del matrimonio homosexual, Rouco Varela pidió a los feligreses que asuman el «formidable» reto de la nueva evangelización. Eso a pesar de que los jóvenes de hoy tienen «raíces existenciales debilitadas por un rampante relativismo espiritual y moral» y no hallan «sólidos fundamentos para sus vidas en la cultura y la sociedad actuales, incluso no rara vez en la propia familia». Según sus palabras, se les «tienta poderosamente» hasta que pierden la orientación en la vida.
Arranque oficial
El cardenal hizo estas afirmaciones en la misa que suponía el arranque oficial de la JMJ, que conlleva la visita del Papa Benedicto XVI a la sede de este año: Madrid. Rouco Varela explicó que la generación que sigue al Santo Padre actual se distingue de la que seguía a Juan Pablo II porque está condicionada por «la globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación, la crisis económica».
«¿Cómo no va a vacilar a veces vuestra fe? La juventud del siglo XXI necesita, tanto o más que las generaciones precedentes, encontrar al Señor por la única vía que se ha demostrado espiritualmente eficaz: el peregrino humilde y sencillo que busca su rostro». Dijo esto en la homilía que presenció cerca de medio millón de católicos en la plaza de Cibeles.
Cerca de 800 obispos, arzobispos y cardenales de todo el mundo y 8.000 sacerdotes concelebraron la eucaristía, que se dedicó al anterior Papa.
El acto arrancó dos horas antes de la misa, con varias actuaciones musicales. Mientras, se proyectaban vídeos en las 27 pantallas gigantes de entre 12 y 84 metros cuadrados distribuidas por Madrid.