El PP se ha propuesto hacer una campaña «constructiva» y «limpia» basada en las explicaciones de su programa y en la cercanía con el ciudadano, y lo hará así para diferenciarse de un PSOE del que teme una estrategia fiel a Alfredo Pérez Rubalcaba, es decir, de «insultos, sobresaltos, trampas y espías».
El vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, detalló ayer, en conferencia de prensa, los ejes de una estrategia que el Comité de Campaña, el primero tras el anuncio del adelanto electoral, ha dibujado para, a partir de ahí, construir el mensaje.
Un mensaje que tendrá dos lenguajes, el de la creación de empleo y el de la recuperación económica, por un lado, y el de la encarnación de la ilusión por el cambio, por otro. El líder, Mariano Rajoy, se ceñirá a ambos, sin entrar en polémicas.
El PP, dijo Pons, es la alternativa que garantiza el cambio que demandan todos los ciudadanos, especialmente las mujeres y los jóvenes, a los que los populares dispensarán un trato preferente.
«El cambio es el empleo y una nueva política económica; la continuidad es la ruina y el paro. Los españoles elegirán entre que las cosas sigan como están o que las cosas cambien», ha sintetizado el responsable de Comunicación de los populares.
En pro de ese cambio que necesita España, el PP «trabajará sin descanso» durante el mes de agosto y a lo largo de los meses que vengan.