El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó ayer que el Ejecutivo tenga intención de reformar la política fiscal, pero advirtió de que el programa electoral del PSOE, que se debatirá en otoño en una conferencia política, «es otra cosa».
Con estas palabras, Zapatero comentó las declaraciones de algunos miembros de su Gobierno y del partido sobre una eventual necesidad de reformar el marco impositivo.
A su juicio, hay que distinguir «dos planos»: el del Gobierno, que no tiene «ninguna previsión de modificación impositiva en este periodo», como ya avanzó la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el del partido, que debatirá esa cuestión «sin duda» en su conferencia política, donde deberá tomar una decisión.
Zapatero también matizó las críticas directas del vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, a los excesos cometidos por la banca en el pasado al conceder hipotecas.
Tras admitir que hay que ser «mas exigentes» en los niveles de responsabilidad al conceder créditos, recordó la actual situación de sequía en la financiación por parte de las entidades financieras y apostó por buscar un «equilibrio» entre dos alternativas: que la banca «no dé crédito o que lo dé excesivamente».
«Lo que tenemos que hacer es poner garantías para que no vuelvan los excesos y que a la vez vuelva a fluir el crédito», insistió antes de defender la reforma del sector financiero español, aunque lleve «algo de tiempo» ver sus frutos.
«Entramos en una paradoja, estamos todo el día escuchando decir que los bancos no dan crédito y, por otro lado, sabemos que en otras épocas se ha dado crédito excesivo que ha llevado a esta situación», reiteró.