Ayer los expresidentes Felipe González y José María Aznar entraron en campaña lanzando duras acusaciones al partido rival. Felipe González aseguró que el PP está buscando «blanquear» a Gürtel, y por una «vía espuria», como es la manipulación de los ciudadanos, intenta «blanquear la institucionalización de la corrupción a la que han llegado».
En un acto electoral en Madrid junto a los candidatos socialistas a la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, y al Ayuntamiento de la capital, Jaime Lissavetzky, González acusó al PP de «hacer negocio» de todo, de la sanidad y «hasta de la visita del Papa», y criticó que lidere un modelo de gestión económica inviable e incapaz de sacar a España de la crisis.
González dijo «saber» de primera mano que es una «crisis de envergadura» y coincidió con Tomás Gómez en que la crisis no sólo es cuantitativa si no también cualitativa.
Culpa del Gobierno
Por su parte, José María Aznar manifestó ayer que el Ejecutivo es responsable de que ETA vaya a volver a presentarse a las elecciones a través de las candidaturas de Bildu y prometió que el PP volverá a echar a los terroristas de las instituciones.
Aznar se pronunció en estos términos en Guadalajara en un acto en el que ha acompañado a la secretaria general del PP y candidata a la Junta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, quien por primera vez en la campaña habló de la decisión del Tribunal Constitucional.
Aznar recordó que la única petición que ha hecho a su partido desde que dejó el Gobierno ha sido ir a Lizarza a visitar a Regina Otaola, que era alcaldesa por la aplicación de «una buena ley» que impedía a los terroristas estar en las instituciones. Una ley de partidos, dijo Aznar, «que acabó con la historia falsa de que hay terroristas buenos y malos».