Los controladores aéreos, bajo movilización militar, regresaron ayer a sus puestos de trabajo aunque la normalidad no llegará hasta transcurridas 48 horas, según el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Anoche el cien por cien de los controladores aéreos se había incorporado a su puesto de trabajo pero aún eran visibles en algunos aeropuertos las tanquetas militares.
A lo largo de la mañana, tras la declaración por primera vez en la historia de la democracia el estado de alarma que pone a los controladores bajo jurisdicción militar, los controladores se incorporaron a sus puestos, y con el cambio de turno, a las 15.00 horas, se instaló la normalidad en las torres y centros de control. Defensa, a través del Ejército del Aire, comunicó a los controladores que, tras la declaración del estado de alarma, pasan a tener condición militar y quedan sometidos a las leyes penales y disciplinarias militares.
Al margen de esa situación, el ministro de Fomento ha anunciado que ya han sido abiertos los expedientes disciplinarios y avisó de que «por supuesto que habrá despidos», mientras el sindicato Manos Limpias ha anunciado una querella contra los controladores por un delito de abandono del puesto de trabajo de un servicio público y estudia señalar al ministro de Fomento, José Blanco, responsable civil subsidiario.
Los perjudicados
Para la jornada de ayer, y con anterioridad al conflicto, AENA tenía programados 4.300 vuelos, de los que hasta las 14.00 horas se han cancelado 1.148 de llegada y 1.100 de salida. Los perjudicados suman con la jornada de ayer alrededor de 600.000 personas y las aerolíneas cifran las pérdidas entre 60 y 80 millones al día. Durante toda la jornada, los pasajeros afectados sufrieron aglomeraciones en los aeropuertos e hicieron colas para tratar de obtener información sobre sus vuelos o presentar reclamaciones.
Miles de pasajeros, sin posibilidad de alojamiento en las ciudades de las que partían o en tránsito han pasado la noche en los aeropuertos, a la espera de poder volar hacia sus destinos en este puente de la Inmaculada, el más largo del año en España. La tensión entre los ciudadanos, muy elevada ayer, se fue relajando a medida que discurría el día y se daba a conocer que los controladores regresaban a sus puestos de trabajo. Anoche se está recuperando la normalidad, ya que todos los controladores del turno de tarde se habían incorporado a sus puestos de trabajo.