Los gritos y silbidos contra el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ausencia de la bandera de Venezuela, que estaba invitada a participar, han marcado el desfile de la Fiesta Nacional, presidido por los Reyes.
Don Juan Carlos, doña Sofía, los Príncipes, la infanta Elena y los duques de Palma han asistido desde la tribuna principal, situada en la madrileña plaza de Lima, al paso de los más de 3.000 militares pertenecientes a las diversas unidades participantes en el desfile.
Zapatero ha llegado a la zona unos diez minutos antes del inicio de los actos y, tras departir con diversas autoridades, entre ellas la presidenta de la Comunidad madrileña, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, ha recibido a los Reyes al pie del coche en el que se desplazaban.
Al percatarse de su presencia, parte del público le ha abucheado y ha proferido gritos de «`fuera, fuera!» y «Zapatero dimisión», unas voces que se han sucedido posteriormente y que han aprovechado momentos de silencio como la ofrenda a los caídos por España para dejarse oír con nitidez.
Fuentes del Gobierno consultadas por EFE se han remitido a las palabras que el año pasado se le pudieron escuchar al propio presidente, también en el desfile del 12 de octubre, cuando comentó al alcalde madrileño que los abucheos y silbidos de que es objeto en estos actos «ya forman parte del rito».
El otro momento polémico del desfile se ha registrado cuando la bandera venezolana no ha aparecido, como estaba previsto, junto con las de los otros ocho países hispanoamericanos (Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Bolivia y México), invitados a participar para rendir homenaje al bicentenario de su independencia.
Fuentes de Defensa han informado de que la embajada venezolana les ha comunicado esta mañana, una hora antes del desfile, que su abanderado no podría acudir por encontrarse indispuesto.
Miles de madrileños, con banderas nacionales usadas para celebrar el campeonato del mundo de fútbol, han seguido el desfile, que este año ha sido más sobrio y austero, con menos participantes, ya que marcharon más de 3.000 militares frente a los 4.207 que lo hicieron en 2009, y algo más corto de duración.
Además de las máximas autoridades del Estado, entre ellas los presidentes del Congreso y Senado, y miembros del Gobierno, han asistido la cúpula militar al completo, encabezada por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, general José Julio Rodríguez, y líderes de los partidos políticos, entre ellos Mariano Rajoy.
Sin embargo, han faltado los presidentes de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; Andalucía, José Antonio Griñán; Baleares, Francesc Antich, del País Vasco, Patxi López; Canarias, Paulino Rivero, y de Valencia, Francisco Camps, cuyas comunidades estaban representadas por consejeros.
A las 10:30 horas, con la llegada de los Reyes, comenzaba el desfile. Dos paracaidistas llegaban desde el cielo con la bandera española. A continuación se sucedió el acto de homenaje a los caídos.
El Rey, el presidente del Gobierno y los presidentes del Congreso y Senado han realizado la ofrenda floral del homenaje a los caídos en presencia de medio centenar de familiares de los militares y guardias civiles fallecidos en acto de servicio en el último año.
Don Juan Carlos ha tenido el detalle de saludar personalmente a cada uno de los familiares.
Ha desfilado por primera vez el blindado RG-31, desplegado en Afganistán en sustitución de los veteranos BMR, y han sobrevolado el cielo las más modernas aeronaves, como el avión de combate Eurofighter o el helicóptero Tigre.
Se han exhibido vehículos pesados de la Agrupación Acorazada-Mecanizada, compuesta por distintas unidades de la Brigada de Caballería «Castillejos» II, del Tercio de Armada de Infantería de Marina, del Regimiento de Infantería Acorazado «Alcázar de Toledo» 61 y del Regimiento de Infantería Mecanizada «Asturias» 31
Como en otros años, los más aplaudidos fueron los legionarios, que marcharon con su peculiar paso rápido y con su cabra como mascota.
La Guardia Civil y los Regulares, con su tradicional paso lento, también han estado entre los más reconocidos, mientras por los cielos sobrevolaban unas 50 aeronaves, entre ellas cazas de combate «F-18», «Mirage F-1», «F-5"; «Hércules», «C-295"; y de reabastecimiento en vuelo «Boeing 707": y helicópteros «Cougar», «Chinook» y «Tigre».
Tras el desfile, los Reyes ofrecen la tradicional recepción en el Palacio Real a representantes de diversos ámbitos sociales.