El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Àngel Moratinos, pidió ayer «comprensión» a los presos cubanos llegados a España ante sus quejas por la indefinición legal en la que están, y les garantizó que tendrán el «mejor estatus» sin ver cerrada la puerta a que vuelvan a la isla.
El jefe de la diplomacia española respondió así a las críticas hechas por algunos de los once disidentes acogidos en Madrid desde el pasado martes. Estos excarcelados han denunciado que se encuentran en un «limbo jurídico» y que no se sienten «libres» para decidir su propio futuro, y se quejan de que se les pretende imponer el estatus de inmigrante y distribuirlos entre varias ciudades españolas.
Moratinos les recordó que vinieron de forma «voluntaria» a España, después de ser liberados por el régimen castrista, y que la intención es darles todas las facilidades posibles para que decidan dónde quieren quedarse.
En su opinión, acoger a estos once presos, a otros nueve que llegarán el próximo martes y a todos sus familiares, lo que suman 135 personas, pone de relieve la «generosidad» de su Ejecutivo y de los españoles.
Compromiso
«Pido un poco de comprensión, ya no gratitud, pero un poco de comprensión por parte de aquéllos que han recibido el compromiso de este Gobierno y de toda la sociedad española de ayudarles», subrayó.
También destacó la importancia de que estén en libertad, aunque fuera de Cuba, y de que todos los prisioneros de conciencia que hay en la isla seguirán el mismo camino. Aunque hizo hincapié en que «el abanico de ayuda, colaboración, asistencia, derechos y garantías es plena», dijo que respeta sus protestas.
«Son libres de expresar sus posiciones políticas, de criticar al Gobierno y su política y de expresar su sentimiento. Todo lo comprendemos y lo aceptamos», declaró al afirmar que la opinión pública española tiene que comprender lo que ha hecho el Gobierno español.
«Ellos son libres de hacer, de acompañar, de irse, de buscar otro país donde se les acoja mejor, no tenemos ninguna dificultad», resumió.
Preguntado si se está molesto o desanimado por cómo los excarcelados han reaccionado a su acogida en España, afirmó: «No me siento decepcionado. Tengo plena satisfacción de haber contribuido junto a otros a la liberación de todos ellos. A partir de ahí, estoy muy satisfecho».