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El Rey impone la Cruz al Mérito Naval a los cuatro marinos muertos en Haití

«No hay fórmulas para devolveros a vuestros seres queridos, pero no estáis solos», señala el arzobispo castrense

El Rey de España, Don Juan Carlos, tras imponer la Medalla al Merito Naval con distintivo amarillo a uno de los militares fallecidos en Haiti el pasado viernes, durante los funerales oficiados hoy en la Base Aeronaval de Rota (Cadiz). | Efe - Jose Manuel Vidal.

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Los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, presidieron ayer en la Base Aeronaval de Rota (Cádiz) el funeral en memoria de los cuatro marinos fallecidos el pasado viernes en Haití, a los que les ha sido impuesta la Cruz al Mérito Naval con distintivo amarillo.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra de Defensa, Carme Chacón, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, han asistido al acto fúnebre, junto a otras autoridades y un millar de militares que han despedido a sus compañeros en una emotiva ceremonia.

El acto, que se pospuso un día hasta que se ultimaran los trámites de identificación, comenzó a las 10:30 horas en el hangar número 5 de la décima escuadrilla de aeronaves de la Base, después de que los Reyes se acercaran a las familias de los fallecidos para darles el pésame.

Instantes después los compañeros de los marinos fallecidos han portado a hombros los féretros con los restos mortales de Luis Fernando Torija Sagospe, comandante del Cuerpo de Intendencia Francisco Forne Calderón, teniente de Infantería de Marina, Manuel Dormido Garrosa, alférez de navío, y Eusebio Villatoro Costa, cabo mayor de Infantería de Marina, hasta el frente del hangar, mientras sonaba la marcha fúnebre.

En su homilía, el arzobispo castrense, Juan del Río, ha consolado a los familiares y compañeros de los fallecidos por el «dolor de esta muerte inesperada». «No estáis solos, y menos en estos momentos», ha afirmado, antes de animarlos a ser «fuertes».

Los marinos fallecidos han sido «granos de trigo que han caído en la tierra, para ser semillas de solidaridad», ha apuntado el arzobispo, tras señalar que «partieron con la ilusión de ayudar a un pueblo», el de Haití, que había sufrido un terremoto y padece «un seísmo mucho peor, su extrema pobreza».

El arzobispo ha recordado que los cuatro marinos formaban parte del contingente del buque «Castilla» que, con 450 tripulantes, partió el pasado 20 de enero de la misma base naval, en una misión humanitaria que tiene previsto finalizar el próximo 4 de mayo.

Tras la misa, ha sonado el himno de España, la Salve Marinera, y después el Rey Don Juan Carlos, con el uniforme de almirante, ha impuesto las condecoraciones sobre los cuatro féretros.

El canto a los caídos «La muerte no es el final», una descarga de fusilería, el «Toque de oración» y el himno de la Armada, han dejado su eco después en esta ceremonia, tras lo que los compañeros de los fallecidos han recogido las banderas de España que cubrían los féretros, las condecoraciones y las gorras, para entregárselas a los familiares de los fallecidos, que, por su expreso deseo, han querido situarse durante el acto fuera del objetivo de las cámaras.

Portados de nuevo por sus compañeros y seguidos por sus familiares, visiblemente tristes y cansados, los féretros de los marinos han salido del hangar mientras sonaba de nuevo el himno nacional y, a continuación, la marcha fúnebre «Mater Mea», en uno de los momentos más emotivos del acto y en el que algunos de los asistentes no han podido reprimir las lágrimas.

Al acto, además del jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Julio Rodríguez Fernández, el jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo, el Almirante de la Flota, Juan Carlos Muñoz-Delgado o el presidente del PP-A, Javier Arenas, han asistido alcaldes de distintas localidades de la provincia de Cádiz, donde los cuatro marinos residían por sus destinos militares.

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