La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, apeló hoy a la comunidad internacional a «acompañar a Haití en la labor de construir unas instituciones firmes y plenamente democráticas» y a hacerlo «con el mismo ahínco» con el que se está trabajando por la reconstrucción tras el terremoto del 12 de enero, que causó la muerte a 220.000 personas.
Durante su participación en la conferencia de donantes que se celebra hoy en la sede de la ONU en Nueva York, De la Vega subrayó que, aunque la reconstrucción de infraestructuras es una tarea prioritaria, «la experiencia de los últimos años» --en los que Haití se ha visto sacudido por varios conflictos civiles-- demuestra que la comunidad internacional debe «hacerlo mejor».
Por eso abogó por ayudar a Haití a «conseguir una organización política que garantice un Estado estable, participativo, transparente y volcado en los ciudadanos», un Estado «capaz de asegurar a los haitianos los servicios básicos y una administración eficiente y honesta de sus intereses», porque sólo así Haití podrá llegar a ser un país «sostenible económicamente» y «más avanzado socialmente».
En ese sentido, recalcó que en la reconstrucción del país tras el terremoto el «protagonismo» debe ser de los propios haitianos, de forma que los Gobiernos extranjeros sólo pueden ser «compañeros de viaje», mientras que la «dirección» de los esfuerzos le corresponderá a los haitianos. «Ese debe ser un principio irrenunciable de nuestra actuación», recalcó. La comunidad internacional, afirmó la vicepresidenta anoche a su llegada a Nueva York, debe ser «cómplice» y no «tutora» de los haitianos.
Ese protagonismo de los haitianos, añadió, debe ser el principio con el que trabajará el Comité Interino para la reconstrucción, un organismo cuya creación apoya el Gobierno español para que supervise todos los proyectos de reconstrucción de los primeros 18 meses
La vicepresidenta incidió en que este proceso de reconstrucción es «una oportunidad sin precedentes» para «garantizar un futuro mejor» para el país y que ese será «el mejor homenaje» que puede hacerse a las víctimas del terremoto. Para el Gobierno español, la creación de mecanismos que garanticen el control, la transparencia y la eficacia de la ayuda es tan importante como los compromisos financieros. «Haití debe suponer un antes y un después en los criterios de cooperación internacional», explicó a la prensa a su llegada a Nueva York.
346 MILLONES DE EUROS
Además, anunció que el Gobierno está dispuesto a destinar 346 millones de euros a la reconstrucción del país, a lo largo de cuatro años, con 121,5 millones en 2010, 75 millones en 2011, otros 75 en 2012 y los últimos 74,5 en 2013. Buena parte de la cifra asignada a 2010, 91,5 millones de euros, corresponder a proyectos a cargo del Fondo de Agua y Saneamiento, creado por España en 2007 y que ya tiene experiencia en el país.
Agua, saneamiento, educación, habitabilidad básica, sostenibilidad medioambiental, seguridad alimentaria, agricultura y producción serán los objetivos básicos de la ayuda española porque, según dijo, así lo ha indicado el propio Gobierno haitiano. España ha destinado ya 70 millones de euros de ayuda de emergencia a Haití tras el terremoto y, además, tiene asignados otros 37 millones en el plan de cooperación bilateral. También ha condonado los 27 millones de deuda que el país caribeño tenía con España.
Poco antes, la alta representante de la UE y vicepresidenta de la Comisión Europea, Catherine Ashton había confirmado la aportación europea de 1.200 millones de euros (1.600 millones de dólares). El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, dijo que Francia destinará 180 millones en 2010 y 2011, principalmente para reconstruir la arquitectura administrativa, financiera y de seguridad del país y también para comprar semillas para la próxima cosecha. Francia también ha condonado a Haití sus 56 millones de deuda. Haití espera recaudar en esta conferencia 3.900 millones de dólares para hacer frente a sus necesidades hasta 2013, aunque la comunidad internacional ha estimado en 11.500 millones de dólares las necesidades para 10 años.
PREVAL: UNA FUERZA DE LA ONU PARA DESASTRES
Tanto Kouchner como sus colegas de Canadá y Brasil, y la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, apelaron en sus discursos a dejar atrás las «viejas prácticas» de la cooperación y a trabajar «como socios» del Gobierno haitiano, en palabras de Clinton. «No nos planteamos hacer nada sin el Gobierno de Haití», dijo también Kouchner. En la sesión de apertura participaron también el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon y el presidente haitiano, René Préval, que reiteró su reivindicación de que, como lección de esta crisis la ONU debería crear una «fuerza de respuesta», una especie de «cascos rojos» para catástrofes.
Para la 'número dos' del Gobierno español, una de las lecciones de esta crisis es que, en el siglo XXI, ser realista es comprender que todos los países comparten un mismo destino ante amenazas como las pandemias, la crisis energética, la seguridad o las crisis humanitarias. «Sólo desde la unión de las naciones y la alianza de las civilizaciones podremos ganar un futuro que necesariamente escribiremos en plural», añadió.