La portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que ha habido «descoordinación, opacidad, mentira» y «contradicciones» en la gestión del Gobierno durante el secuestro del atunero vasco Alakrana. Por eso, recomendó a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega que asuma su responsabilidad «por vergüenza propia», antes de que el Congreso vote su reprobación.
Sáenz de Santamaría recalcó que si el gabinete socialista hubiera seguido las recomendaciones que le hicieron los grupos parlamentarios tras el caso del Playa Bakio «se habría evitado el apresamiento del Alakrana». En este punto, defendió el embarco de militares en los buques y señaló que el artículo 16 de la Ley de Defensa Nacional establece como operaciones de las Fuerzas Armadas «preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos españoles en el extranjero».
A su juicio, la «verdadera razón» de ese rechazo a que embarquen militares está en los «muchos prejuicios» de los socialistas a todo aquello que «suponga el uso de la fuerza». «A veces hay que usar la fuerza para defender el Derecho», indicó, para añadir que no se debe hacer «ninguna concesión a los piratas».
La vicepresidenta De la Vega, aseguró que «en todo momento supimos dónde estaban los marineros del Alakarana» -en relación a la treta de los piratas de hacer creer que habían bajado a tierra a tres tripulantes para ejecutarlos-. Sin embargo, el Jemad, José Julio Rodríguez, aseguró un día después de la liberación del Alakrana que «las distintas informaciones de Inteligencia apuntaban a que los tripulantes desembarcados podrían estar en la playa, pero posteriormente el propio CNI descartó esa posibilidad».