Los abucheos contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, marcaron el desfile militar celebrado ayer con motivo de la Fiesta Nacional, presidido por los Reyes y que sirvió para rendir homenaje a las misiones en el exterior.
 Más de 4.200 militares, 209 vehículos y 58 aeronaves participaron en el desfile, al que asistieron representantes de las más altas instituciones del Estado.
El momento más emotivo fue el acto de homenaje a los caídos, en el que 38 familiares de militares y guardias civiles fallecidos este año «en acto de servicio» protagonizaron la ofrenda, junto con el Rey, el presidente del Gobierno y los presidentes del Congreso y Senado.
Antes de volver a la tribuna, don Juan Carlos, vestido con su uniforme de capitán general de las Fuerzas Armadas y sin la barba que lucía desde este verano, aprovechó para saludar uno a uno a los familiares de las víctimas.
Otra de las novedades del desfile, que este año cambiaba de ubicación y que no contaba con tribunas para el público, fue la marcha de las banderas de las organizaciones internacionales bajo las que están desplegadas las tropas, como ONU, UE y OTAN.
Como en años anteriores, la llegada de Zapatero al escenario central provocó los primeros gritos de «fuera, fuera» y «Zapatero dimisión» por parte de un sector del público asistente, que volvió a protestar en el momento del homenaje a los caídos y al finalizar el desfile, una hora y media después de comenzar.
En las tribunas, el Gobierno en pleno, salvo los ministros de Justicia, Francisco Caamaño; de Fomento, José Blanco, y de Industria, Miguel Sebastián.
También asistieron los presidentes del Congreso, José Bono, y del Senado, Javier Rojo; la presidenta del Constitucional, María Emilia Casas, y la cúpula militar al completo, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), y los directores del Centro Nacional de Inteligencia de la Policía y Guardia Civil.
Además, han estado ocho presidentes de comunidades autónomas y los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
En las tribunas de autoridades estuvieron los portavoces parlamentarios y responsables de los principales partidos políticos, entre ellos el presidente del PP, Mariano Rajoy, junto a su mujer.