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Garzón implica al presidente Francisco Camps en la trama de corrupción del PP

El juez asegura que la trama «se gestó con responsables del PP a nivel nacional» que trabajaban en Génova

| Madrid |

El juez Baltasar Garzón pidió ayer a los tribunales superiores de Justicia de Madrid y de Valencia que asuman la investigación de la trama dirigida por Francisco Correa, de la que dice que se gestó a partir de la relación de éste con dirigentes nacionales del PP que trabajaban en la sede central del partido.

El magistrado de la Audiencia Nacional hace esta afirmación en los autos en los que detalla los indicios de la implicación en la supuesta trama de corrupción del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, del secretario general del PP en esta Comunidad, Ricardo Costa, y de los diputados autonómicos madrileños Alberto López Viejo, Alfonso Bosch y Benjamín Martín Vasco.

Además, Garzón ha notificado un tercer auto en el que suma a los 37 imputados hasta la fecha a los alcaldes de las localidades madrileñas de Arganda del Rey y Pozuelo de Alarcón, Ginés López y Jesús Sepúlveda; así como a otras cuatro personas, a las que interrogará el próximo día 18 porque, mientras los TSJ de Madrid y de Valencia no acepten el caso, él seguirá practicando diligencias.

Génova
Garzón asegura que la organización de Correa «se gestó a partir de una relación directa con responsables del PP a nivel nacional que tenían su puesto de trabajo en la sede nacional de dicho partido sita en la calle Génova de Madrid y que convirtieron a su empresa Special Events en la que acapararía la mayor parte de los actos de promoción de dicha formación política». El presunto líder de la trama desarrolló «un conjunto de relaciones y contactos que le permitieron crear un círculo de personas que o bien le concedían la organización de eventos merced a su posición dentro del partido o bien, una vez que obtenían un cargo público» facilitaban la entrada de sus empresas en la Administración que gobernaban.

El magistrado añade que, para ganarse el favor de los políticos, Correa entregaba «dádivas» de todo tipo. El sistema funcionó entre 1996 y 2004, cuando los cambios en la dirección del PP se tradujeron en la desvinculación del partido de las empresas de Correa, que trasladó sus actividades a Valencia.

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