El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que no culpa al presidente del Gobierno de la totalidad de la crisis, sino de haberla empeorado con una mala gestión, que se ha basado en la «precipitación por aparentar que se hacen cosas».
Durante su intervención en el pleno del Congreso de los Diputados, Rajoy reprochó a Zapatero que no hubiese llevado a cabo hace tres meses el recorte de gasto de 1.500 millones de euros anunciado ayer y que ya fue propuesto por el PP durante la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2009.
Esta reducción de los gastos del Estado forma parte de lo que Rajoy consideró la primera medida para combatir la crisis, que es el buen manejo del gasto público, al que "a su juicio" debería sumarse la rebaja de los impuestos y la retirada de «los obstáculos que bloquean» la creación de empleo, el ahorro, la inversión y la productividad.
Sólo así se podrá recuperar la economía, según el líder de la oposición, que cree que la confianza «renacerá cuando se diga la verdad, se haga mucho, se prometa poco y no se disimule nada».
Al inicio de su discurso, Rajoy preguntó al presidente hasta dónde tiene que llegar la cifra de parados para que cambie la política del Gobierno ante al crisis.
En este sentido, subrayó que cada día que pasa la situación empeora y que cuantas más medidas adopta el Ejecutivo «peor están las cosas».
En su opinión, para frenar el deterioro económico es necesario utilizar el gasto público de manera responsable, destinando más a prestaciones por desempleo, pero extremando el control para el resto de partidas, de tal forma que no siga desbordándose la deuda pública.
Frente a iniciativas que consideró un «despilfarro», como el fondo de 8.000 millones de euros para fomentar la obra pública local, Rajoy propuso una rebaja de los impuestos y las cuotas de la Seguridad Social que evite la asfixia de las pymes y de los autónomos.
Los grupos minoritarios le exigieron una rectificación en su política económica, a la que llegaron a destinar calificativos como «desorientada e impotente».
El diputado de CiU, Josep Antoni Duran y Lleida, puso de manifiesto una vez más la necesidad de alcanzar un 'Pacto de Estado' para afrontar la reactivación económica, ya que, a su parecer, si no hay acuerdo la crisis ganará el pulso al país y habrá recesión «para rato». El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, lamentó que el Gobierno decida «unilateralmente» sobre las medidas económicas a adoptar y luego intente recabar «a posteriori» los apoyos parlamentarios que necesita.
Por su parte el portavoz de ERC, Joan Ridao, reprochó a Zapatero que «no se deje ayudar» y se niegue «a dar oxígeno» a la oposición, en especial al PP.
Gaspar Llamazares, de IU, exigió un «giro» en la política económica, que se dedica a «tapar agujeros».