Miles de personas se manifestaron ayer por las calles de Bilbao convocadas por la asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, para exigir la amnistía de los encarcelados y denunciar que «la dispersión es un castigo añadido» para sus allegados. En la marcha tomaron parte varios dirigentes de la izquierda abertzale, entre los que se encontraba Arnaldo Otegi.
La compañera del preso de ETA Bautista Barandalla, María José Campos, fue la encargada de lanzar «un grito de denuncia tanto contra el Gobierno francés como contra el Gobierno español por la situación límite» que impone a los encarcelados, a quienes «obliga a permanecer en la cárcel a pesar de tener enfermedades graves e incurables, a pesar de que ya han cumplido muchos su condena», lo que implica, a su juicio, la «cadena perpetua».
«Nosotros vamos a seguir trabajando, vamos a traer la voz de nuestros familiares, vamos a ser el espejo donde se tengan que mirar la vergüenza todos aquéllos que miran a otro lado cuando nosotros denunciamos la violación sistemática de los derechos de nuestros familiares», añadió.
La marcha partió pasadas las cinco y media de la tarde de la plaza Aita Donosti de Bilbao, bajo el lema Heriotza zigorrik ez. Biziarteko zigorrik ez. Euskal presoak Euskal Herrira (No a la pena de muerte. No a la cadena perpetua. Presos vascos a Euskal Herria), encabezada por dos familiares con el quinqué que simboliza a Etxerat, a los que seguía una gigantesca banderola con el logotipo en favor del acercamiento de presos.
Tras la banderola, en cinco largas filas, varios cientos de personas portaban fotos de presos de ETA, entre las que ocupaba un lugar destacado Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', máximo jefe del aparato militar de ETA detenido en octubre.
Tras los familiares que portaban las fotos y la pancarta con el lema de la manifestación se situaron dirigentes de la izquierda abertzale como Arnaldo Otegi.