El túnel de El Regajal, en Toledo y que pertenece a las obras del futuro AVE Madrid-Valencia, sufrió el pasado martes un derrumbe de parte del techo como consecuencia de un corrimiento de tierras provocado por las lluvias, según informó el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).
Aunque el incidente no tuvo mayor trascendencia, ya que no se registraron daños personales ni se prevé un retraso en la inauguración, el Partido Popular exigió ayer al Gobierno que explique por qué no informó de este problema.
El pasado jueves, la ministra de Fomento, Magdalena Àlvarez, visitó las obras del tren de alta velocidad que unirá Madrid y Valencia, a tan sólo 200 metros de donde se había producido el incidente. Sin embargo, no mencionó el problema. Más aún, Àlvarez afirmó ante los medios que el Gobierno había «multiplicado por 24» el ritmo de ejecución de los trabajos, y que incrementó «de 34 a 850 millones de euros» la inversión anual.
El derrumbe no causó daños personales, ya que gracias a los dispositivos de seguridad, los trabajadores abandonaron el lugar. Sin embargo, varias máquinas y camiones quedaron enterrados en el túnel en el momento del derrumbe, donde todavía permanecen cuatro vehículos.