La propuesta de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) de subir las tarifas de la luz una media del 31 por ciento en enero de 2009 se ha encontrado con el rechazo del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que poco después de conocerla garantizó desde Bruselas que no prosperará.
La propuesta de revisión trimestral planteada ayer por el organismo regulador también se ha encontrado con la oposición de asociaciones de consumidores y partidos políticos, que han rechazado de plano la propuesta por considerarla «escandalosa» y un «despropósito» en un contexto de crisis.
El regulador energético ha explicado que para elaborar la propuesta se ha basado en los principios de aditividad y suficiencia para que las nuevas tarifas reflejen todos los costes del sistema y no generen el denominado déficit tarifario (situación que se produce cuando los ingresos de las tarifas son insuficientes para cubrir los costes del sistema eléctrico).
Desde este ejercicio, la CNE elabora trimestralmente una propuesta para determinar el incremento de tarifas de los consumidores domésticos que posteriormente remite a Industria, quien tiene la última palabra para aprobar una subida. En sus revisiones, el regulador energético ha propuesto incrementos significativos de la luz para evitar que el déficit continúe creciendo, pero el Gobierno ha optado por subir menos la electricidad.
En la propuesta para el tercer trimestre defendió que subieran un 11'3 por ciento, mientras que el Ministerio acordó un incremento del 5'6 por ciento (que se sumó al del 3'3 por ciento de enero), en tanto que, cuando la CNE estimó en septiembre que la subida debía oscilar entre el 2'8 y el 10'4 por ciento, Industria decidió congelar las tarifas.
La primera impresión del ministro de Industria, Miguel Sebastián, antes de leer el informe de la CNE fue también de oposición a la propuesta, que calificó de «barbaridad».
«No me parece una propuesta seria, la CNE hace informes muy variopintos», dijo el titular de Industria.