La economía, el PP y el debate sobre si los bebés deben o no estar en las direcciones de los partidos han sido los asuntos protagonistas de esta primera jornada del 37 Congreso Federal del PSOE.
No le llamaron crisis pero algo hay, como prueba que el presidente del Gobierno haya concluido su primera intervención ante los casi mil delegados que asisten a este encuentro político animándoles a trabajar, pero no haya podido evitar el añadido: «también conviene que consumáis».
Y es que la situación económica ha estado presente en todas las intervenciones. Los socialistas defienden el optimismo, sospechan que la derecha exagera y que lo hace para justificar recortes sociales.
El secretario de Organización, José Blanco, habla de «algunas dificultades» y de «estos tiempos difíciles"; el presidente del Congreso, el extremeño Guillermo Fernández Vara, dice: «ahora, que las cosas van menos bien», y Manuel Chaves no define la situación actual pero la compara con la de 1992 y añade que de aquella «crisis» salimos más fuertes, como ocurrirá ahora. Pepe Blanco, ya desde el inicio, ha comparado -más bien confrontado- los dos congresos y se ha dedicado a criticar al presidente del PP, al que ha desdoblado en «Mariano» y «Rajoy» y ha dicho que el uno no piensa lo mismo que el otro.
Los socialistas no se creen los nuevos aires en el principal partido de la oposición y desconfían de la imagen de renovación en el PP que, según Zapatero, se dedica a disfrazarse, y a dar giros y saltos, mientras que el PSOE lleva 129 años con el mismo nombre y la misma ubicación: la izquierda.
El ex presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha vuelto a colarse entre los protagonistas con sus declaraciones en las que sostenía que la renovación que se pretende en la Ejecutiva está muy bien, pero que no tendría sentido poner a dirigir el partido a bebés «de tres meses y medio».