La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, anunció ayer que el Ejecutivo autónomo ultima la redacción de una ley «que dé seguridad jurídica y política» a la propuesta de consulta del lehendakari Ibarretxe que será llevada al Parlamento vasco.
En declaraciones a los medios de comunicación en Amorebieta (Vizcaya), municipio en el que ayer se celebró la fiesta anual de las ikastolas vizcaínas, Azkarate explicó que la ley regulará una consulta con dos preguntas: una sobre el «principio ético», de rechazo a la violencia, y otra sobre el «principio democrático», en cuanto a la capacidad del pueblo vasco para decidir su futuro político.
La también consejera de Cultura recalcó que la ley que será aprobada para dar respaldo jurídico a la propuesta del lehendakari no será refrendada «a escondidas», porque los representantes del Gobierno vasco no tienen «nada que ocultar», y adelantó que podría ser ratificada en un Consejo de Gobierno «próximo, ordinario o extraordinario».
La portavoz del Gobierno vasco dijo que la ley será «de artículo único» y añadió que cada formación política dirá si está dispuesta a arropar el principio ético y político y a que la sociedad sea consultada o no. Preguntada por la posibilidad de que la iniciativa recoja una declaración expresa sobre la violencia de ETA, reiteró que contendrá una pregunta claramente formulada en el «principio ético y democrático».
Ante su «próxima» aprobación en un Consejo de Gobierno, Azkarate pidió «tranquilidad» tanto al Partido Socialista como a la izquierda abertzale, y reclamó al PSE-EE que, si tiene propuestas -y no «actos vacíos de contenido»-, que las «presente en el Parlamento, porque allí serán sometidas a votación».
Respecto a la izquierda abertzale, afirmó que «si lo que quiere es justificar junto a sus bases una supuesta negativa a que la sociedad sea consultada, que diga claramente que no está dispuesta a que se dé la palabra a la sociedad, pero que no intente echar las pelotas a tejado ajeno». Azkarate lamentó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no tenga «ninguna voluntad de firmar» los «compromisos» que los socialistas estuvieron dispuestos a suscribir en 2006 en Loiola (Guipúzcoa), en las conversaciones entre el PSE-EE, Batasuna y el PNV durante la tregua de ETA.