El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ordenó ayer el ingreso en prisión de los dirigentes de Batasuna Pernando Barrena y Patxi Urrutia, detenidos el pasado lunes en Navarra y a los que acusa de integración en organización terrorista por reiteración delictiva. El juez considera que Barrena y Urrutia, que se han negado a contestar a sus preguntas y a las de la fiscal de la causa, Dolores Delgado, que también ha pedido cárcel para ellos, han actuado con «contumaz rebeldía» al incumplir las resoluciones judiciales que les afectan y en las que se les marca «con claridad» los límites a su actuación.
Garzón menciona un total de 31 actos públicos en los que los acusados han participado desde el pasado 6 de octubre, cuando fue detenida la cúpula de Batasuna tras participar en una reunión en Segura (Guipúzcoa), hasta el acto de Pamplona del 2 de febrero, convocado para debatir «las conversaciones de Loiola» que mantuvieron PNV, PSOE y Batasuna en octubre de 2006 y «la propuesta de marco democrático» de la izquierda abertzale. Para el magistrado, según señala en el auto de prisión, ambos han actuado en estos casos en representación de Batasuna-ETA, y no de la izquierda abertzale, y es en este marco en el que él ha tomado la decisión de ordenar prisión para los dos.
En este sentido, hace hincapié en que «en ningún caso» puede equipararse a la izquierda abertzale con Batasuna, pero señala que el entramado terrorista liderado por ETA «actúa con vocación fagocitadora y depredadora» de todo el espectro de la izquierda abertzale. Recuerda también que Barrena y Urrutia «han desafiado expresamente» todas las resoluciones que se habían tomado contra Batasuna y han continuado, presuntamente, con la actividad delictiva, y frente a este comportamiento, añade, «debe actuarse de acuerdo con lo establecido en la ley y con el fin de evitar la continuación de la actividad delictiva».
Ante la actitud reiterada de los dos detenidos, explica Garzón, «no se puede permanecer inerme» porque, de hacerlo, supondría otorgarles una especie de «patente de corso» para que sigan delinquiendo. El responsable del Juzgado Central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional afirma que con esta conducta, los responsables de Batasuna «han interiorizado» el mensaje de ETA de retomar la violencia terrorista por considerar que no se dan las condiciones para la negociación.
Barrena, en libertad bajo fianza de 12.000 euros desde el 16 de marzo de 2006, ha permanecido en el despacho del juez unos veinticinco minutos y Urrutia sólo ha estado diez.