La economía española crecerá este año el 3'8%, sólo una décima menos que en 2006, pero registrará una importante desaceleración en 2008, cuando el PIB aumentará el 3%, debido al endurecimiento del crédito tras la crisis financiera y a la contracción de la inversión en vivienda.
Así se recoge en las previsiones económicas publicadas ayer por la Comisión Europea, que ha elevado una décima la cifra correspondiente a 2007, pero ha recortado severamente, en cuatro décimas, el cálculo para 2008.
La nueva previsión del ejecutivo comunitario coincide con la del Gobierno español para 2007 y es más pesimista para 2008 (Madrid confía en llegar al 3'3%), aunque más optimista que la del FMI, que sólo espera un avance del PIB del 2'7%. Para 2009, Bruselas augura una desaceleración adicional, hasta un aumento del PIB del 2'3%.
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, explicó que la rebaja de las previsiones para España refleja el endurecimiento del acceso a la financiación (que repercutirá en el consumo privado), que había comenzado antes de las sacudidas en los mercados, pero que se aceleró tras la crisis financiera del verano. Ese nuevo entorno menos favorable afecta «de manera especial» en un país en el que la construcción y la vivienda tienen un peso tan relevante y que tanto han contribuido en los últimos años al crecimiento y al empleo, señaló el comisario.
Bruselas se inclina por un ajuste gradual del sector de la vivienda «hacia un equilibrio más coherente con la previsión de creación de hogares», pero reconoce que si se produce una corrección brusca el escenario de desaceleración será aún peor. La Comisión incide en que los factores que han contribuido los últimos años a la expansión inmobiliaria comienzan a difuminarse y, así, alude al aumento de los tipos de interés y a la moderación del efecto riqueza asociado a la vivienda.
Según el Ejecutivo de la UE, la creación de empleo continuará fuerte este año (avance del 3% anual), pero perderá fuelle los próximos ejercicios (aumento del 2'1% y 1'7%), lo que provocará un repunte de la tasa de paro, hasta el 8'5% en 2008 y más del 9% en 2009. También empeoran las previsiones de inflación, que bajará en 2007 hasta el 2'6%, pero volverá a subir el próximo ejercicio al 2'9%, empujada por el encarecimiento del crudo.
Respecto al sector exterior, el déficit comercial seguirá muy elevado (en torno al 8'5% del PIB), pero Bruselas espera una progresiva reducción de su contribución negativa al crecimiento, desde algo menos de un punto porcentual en 2007 a ser prácticamente neutral en 2009. Almunia advirtió, no obstante, de que la persistencia de un diferencial de inflación con el resto de la eurozona y el escaso avance de la productividad implican que nuestro país seguirá perdiendo competitividad los próximos años.
El comisario apuntó, además, al creciente saldo negativo de la balanza por cuenta corriente, que no da muestras de corrección a pesar de la desaceleración.
España seguirá mostrando superávit público, aunque menor que en 2007 y la deuda pública seguirá reduciéndose.