El responsable de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona, Antonio Fernández Gil, dijo ayer que el corte en las líneas de Cercanías de Barcelona C-2 sur, C-7 y C-10 puede alargarse unos 15 días, mientras el Gobierno ha asegurado que dará prioridad a la seguridad sobre el calendario previsto del AVE. La segunda jornada laborable con el servicio ferroviario cortado en tres líneas y sustituido por autobuses transcurrió con colas de usuarios en algunas estaciones, como la de Gava (Barcelona), retrasos de entre 30 y 45 minutos respecto al horario de los trenes y con el único alivio de la gratuidad de los viajes.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha considerado que «no pasa nada» si el AVE no llega a Barcelona el próximo 21 de diciembre, tal y como se había anunciado, y ha subrayado que, ante todo, el Gobierno dará prioridad a la seguridad en las obras. En la misma línea se ha pronunciado el conseller de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Nadal, para quien el cumplimiento del calendario queda supeditado a la prioridad de «seguridad y servicio» en Cercanías, y la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, que ha reiterado que la inauguración dependerá del informe de los técnicos.
Nadal, que ha solicitado comparecer en el Parlament para dar explicaciones sobre las incidencias de Cercanías, cuestión que hoy mismo valorará el presidente catalán, José Montilla, aprovechando la sesión de control parlamentaria, ha dicho que la modernización de Cercanías es algo necesario para abordar su traspaso, que en las «actuales condiciones» y de manera inmediata es «absolutamente implanteable».