Acompañado de su esposa Diana Garrigosa y tras realizar una visita a la Unidad de Memoria del Servicio de Neurología del Hospital Sant Pau de Barcelona, el hasta hace poco líder socialista se mostró optimista: «hicimos los Juegos Olímpicos, hicimos aprobar y refrendar el Estatut y ahora iremos a por el alzhéimer», señaló.
Maragall hacía ayer pública su enfermedad y anunció que, a partir de ahora, dedicará «buena parte» de su tiempo a trabajar para combatir esta enfermedad. Durante su intervención se mostró convencido de que «dentro de 10 ó 15 años esta enfermedad será vencible y vencida», y aseguró que utilizará toda su «capacidad de influencia» para ayudar a hacer avanzar, en la medida que sea posible, la investigación sobre esta patología.
«Igualmente, considero que haciendo pública mi enfermedad puedo ayudar a mejorar la consideración social de los enfermos de alzhéimer», explicó. El ex presidente catalán se mostró así decidido a «dedicar una parte» de su tiempo a esta causa. Maragall, que incluso bromeó señalando que «algunos» confunden el nombre de la patología con el de Eissenhower, aseguró que, pese a todo, se encuentra «bien» de salud e, incluso, «mejor que hace un año».