JIAM (LÍBANO)-EFE
Seis «cascos azules» españoles, tres de ellos de origen colombiano, murieron ayer y otros dos resultaron heridos al explotar un coche bomba al paso de una patrulla de la FINUL cerca de la ciudad de Jiam, en el sur del Líbano, informaron fuentes policiales. Según fuentes militares y policiales libanesas, el atentado fue cometido mediante una bomba oculta en un coche «Renault Rapid» de color blanco, con matrícula falsa, que fue accionada por control remoto. El ministro español de Defensa, José Antonio Alonso, confirmó en Madrid la muerte de los soldados y señaló que se trató de un «ataque premeditado» de carácter terrorista contra las fuerzas de la ONU. El atentado, según el ministro, fue perpetrado con un artefacto activado a distancia, probablemente un coche bomba, que alcanzó de lleno al blindado BMR de los «cascos azules». Dos horas después de la comparecencia de Alonso en rueda de prensa, en la que confirmó la muerte de cinco militares, fuentes del Ministerio de Defensa anunciaron el fallecimiento de uno de los tres soldados que habían resultado heridos.
Los fallecidos son Jonathan Galea García, natural de Madrid y de 18 años de edad; Juan Vidoria Díaz, de 20 años y nacido en Avila; Manuel David Portas Ruiz, de 19 años y natural de Sevilla, y los colombianos Jefferson Vargas Moya, de 21 años; Jackson Castaño Abadía, de 20 años; y Juan Erickson Posada, de 20 años. Resultaron heridos Enrique Vázquez Matei, de 21 años y nacido en Madrid; y Juan Paz Soler, de 19 años y natural de Palma de Mallorca. España mantiene en el Líbano a unos 1.100 soldados, en su mayoría de la Brigada Paracaidista, encuadrados en la Fuerza Interina de las Naciones Unidas (FINUL) que asegura la paz en el país tras la guerra declarada por Israel contra la guerrilla chií Hizbulá en julio y agosto del 2006. Con estas víctimas, las Fuerzas Armadas españolas han sufrido 135 bajas desde que comenzaron a participar en misiones internacionales en 1989.
El atentado, según Alonso, ocurrió cuando los «cascos azules» realizaban una misión rutinaria en la aldea de Sahel al Derdara, en las cercanías de Jiam. Las fuentes libanesas precisaron que se encontraron trozos del vehículo bomba entre los cadáveres y los heridos afectados por la explosión. Un habitante de Jiam que no quiso identificarse dijo que el sábado observó el «Renault» utilizado por los terroristas dentro de la localidad circulando junto a un «Mercedes» y que algún detalle que no especificó le llamó la atención, pero al poco tiempo desaparecieron. La Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN) aseguró que la carga explosiva era de gran tamaño y que fue accionada por control remoto. La explosión fue muy potente y pudo ser oída desde varios kilómetros a la redonda desde el lugar donde se produjo, junto a la ciudad de Jiam, la mayor de las que caen bajo control español en el sur del Líbano. Según la ANN, la fuerza del estallido expulsó dos de los cuerpos por las ventanillas del vehículo. Inmediatamente miembros españoles de la FINUL, ayudados por militares libaneses, acordonaron el lugar y no permitieron el acceso de periodistas ni fotógrafos. En Jiam y sus alrededores, la presencia de militares españoles y de la ONU en general no ha sido muy bien acogida.