La defensa de José Emilio Suárez Trashorras, Gerardo Turiel, rebatió ayer la acusación de cooperación necesaria en los atentados que existe contra su cliente argumentando que aún si se llega a suponer que «participó y colaboró diciendo al Chino que allí había» dinamita, él no la cogió.
Turiel entiende así que Trashorras, en el caso de ser condenado, debería serlo por colaborador material de suministro de dinamita, lo que llevaría implícito el delito de suministro de explosivos que también le imputan la Fiscalía y las distintas acusaciones, aunque deberían aplicarle las eximentes de trastorno mental y haber sido confidente policial. Ésta fue una de las principales alegaciones que durante más de tres horas expuso Turiel en defensa del ex minero, para quien la Fiscalía pide 38.972 años de cárcel, para tratar de demostrar que no cumple el principal requisito indispensable para ser condenado como cooperador necesario en el 11-M y que consistiría en «contribuir de manera consciente y voluntaria a ese propósito».
Además apuntó que mientras no se diga cuál es la dinamita que estalló en los trenes no se puede acusar a su patrocinado de 192 asesinatos y por eso consideró que es «clave» conocerla para poder calificar el delito que le imputan, en contra de lo manifestado por la Fiscalía, que dijo que «daba igual».«No hacía falta Emilio para que 'El Chino' recogiera dinamita y además tampoco sabía que era un terrorista», recalcó el letrado tras hacer referencia a un informe policial en el que, según leyó, se indicaba que «cualquiera puede coger la dinamita que quiera». Aseguró además que tampoco «nadie ha probado aquí, porque nadie puede probarlo, cuánta dinamita salió de Mina Conchita» y subrayó que «no lo podemos saber» y que «nadie lo ha demostrado» en la vista oral.
Reconstruyó irónicamente parte de los hechos que le imputan a su cliente y dijo: «Trashorras, que era un malvado y andaba con dinamita, cogió a unos chavales de su banda y los mandó a Madrid con unas bolsas que no sabemos exactamente cuánta dinamita llevaba. Ni siquiera lo que llevaban».