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El boicot de la izquierda 'abertzale' se radicaliza

Simpatizantes de Batasuna irrumpen en la sede de Nafarroa Bai para insultar a sus militantes

OTR/PRESS-VITORIA/BILBAO
Los violentos, presentes hasta el final. En el último día de campaña electoral la izquierda abertzale también quiso hacerse notar con su estrategia de boicot, sabotaje y acoso a los candidatos del resto de partidos. Ayer se hicieron presentes sobre todo en Pamplona, allí unas 25 personas irrumpieron en la sede de Nafarroa Bai gritando consignas contra el «pucherazo electoral» e insultando a los militantes de esta plataforma. A través de un comunicado, la izquierda 'abertzale' defiende el asalto a la sede de Na-Bai acusando a esta formación de ser «responsable del pucherazo» y proclamando que «el derecho de protesta es un derecho legítimo».

«Fascistas» o «ladrones» fueron algunas de las lindezas que la docena de militantes de Na-Bai que estaban en el interior de la sede tuvieron que escuchar de boca de los violentos. Pero los militantes abertzales, siguiendo al pie de la letra las directrices de la Mesa Nacional de Batasuna que declaró la jornada de ayer como el «día de movilización», estuvieron muy activos en su campaña de boicot y acoso al resto de partidos y no sólo asaltaron la sede de Na-Bai, sino que también acosaron a la alcaldesa de Pamplona y candidata a la reelección de UPN y realizaron pintadas amenazantes contra otro candidato de esta formación.

También ayer un grupo de unas cinco personas rodeó a la candidata de UPN a la Alcaldía de Pamplona, Yolanda Barcina, durante el reparto de propaganda electoral. Además, la puerta del garaje del domicilio del presidente del comité local de UPN en Burlada amaneció ayer pintada con una diana de grandes dimensiones.

Un grupo de desconocidos atacaron con pintura el domicilio de la cabeza del PSE-EE a la Alcaldía de Aretxabaleta (Guipúzcoa), Ainhoa Sagarribai. Además los violentos también lanzaron cócteles molotov contra las oficinas de Correos y Telefónica de la localidad vizcaína de Markina. Todo esto al margen del boicot que sufrió la línea ferroviaria que une Pamplona y Castellón.

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