Uno de los hermanos del suicida Jamal Ahmidan 'El Chino' aseguró ayer que éste le reconoció su implicación en el 11-M pocos días antes de la explosión del piso de Leganés, que se despidió de él y que el también suicida Rachid Oulad Akcha le dijo que «pidiera por ellos para que no les cogieran vivos».
Así lo manifestó Mustafa Ahmidan en la vigésimo segunda jornada de juicio, en la que destacó que no ha declarado antes este extremo a la policía porque tenía «miedo» de que le involucraran con los atentados cuando le detuvieron y «por presiones de la familia».
El testigo también manifestó que reconoció la voz de su hermano en la cinta de reivindicación de los atentados hallada en las inmediaciones de la mezquita de la M-30 de Madrid y que le fue exhibida cuando declaró ante el juez instructor Juan del Olmo.Ahmidan explicó que vio a 'El Chino' en dos ocasiones tras los atentados y señaló que en la primera de ellas, al ver en televisión imágenes de la masacre y las fotos de los primeros detenidos -entre ellos el acusado Jamal Zougam-, comentó a su hermano que «era totalmente injusto», a lo que éste le contestó: «por qué dices injustos. No ves a tus hermanos que están muriendo en Irak». En esa ocasión, continuó el testigo, no le preguntó si tenía alguna relación con el 11-M, aunque sí lo hizo la segunda vez que fue a visitarle al bar que regentaba, ocasión en la que también le alertó de que la policía preguntaba por él en España y en Marruecos. Por otra parte, un agente de la Guardia Civil, conocido con el alias de «Víctor», que actuaba como controlador de Rafa Zouhier, aseguró ayer que éste les alerto en enero de 2003, un año antes del 11-M, de que el acusado, Antonio Toro, ofrecía hasta 150 kilos de explosivos de una mina de Asturias para su venta.