La inflación española mantuvo su tasa interanual en el 2,4 por ciento en febrero, un mes en el que los precios subieron una décima y la tasa subyacente -que excluye la energía y los alimentos frescos- repuntó hasta el 2,8 por ciento empujada por el tabaco. El Instituto Nacional de Estadística (INE), publicó ayer estos datos, así como los del Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que al situarse en el 2,5% vuelve a elevar, a siete décimas, el diferencial de precios con los de la Unión Económica y Monetaria.
El Gobierno considera que el dato de inflación es «favorable» teniendo en cuenta el dinamismo de la economía y del empleo, y permite augurar que si se mantienen los precios del crudo el IPC estará en los próximos meses «en el umbral del 2%», el objetivo que marca el Banco Central Europeo, según señaló el secretario de Estado de Economía, David Vegara. Al analizar el índice general, se comprueba la buena evolución de los precios de los productos más volátiles, como lo muestra la caída mensual de 1,3 puntos en los de los alimentos frescos (del 1,2% en un año), que ha restado una décima al IPC, o la aportación de la energía, que «ha sido casi nula» según Vegara.
Estos datos han compensado la subida de los servicios, del 0,4%, impulsada por el alza de la hostelería (0,6%), el ocio y cultura (0,4%) y el transporte (0,4%). La subida de servicios como el de alcantarillado o la basura ha hecho elevar el grupo de la vivienda (0,6%), según el INE. Del lado contrario, el final de las rebajas en febrero también ha pesado para que el incremento del IPC fuese sólo de una décima, general, ya que el grupo de vestido y calzado se abarató el 1,2 por ciento en un mes y acumula una bajada del 12,7 por ciento en lo que va de año.Tras conocerse estos datos, el secretario ejecutivo de Economía y Empleo del PP, Miguel Arias Cañete, denunció que el aumento de precios afecta a las rentas más bajas y denunció que miles de familias españolas «no podrán recuperar el poder adquisitivo que han ido perdiendo en los últimos meses».