Una treintena de encapuchados lanzaron la pasada madrugada en una acción coordinada nueve 'cócteles molotov' y piedras contra el Ayuntamiento de Pamplona y otras seis botellas incendiarias contra cuatro cajeros automáticos. Según informó la Delegación del Gobierno, los daños materiales fueron «escasos». Asimismo, dichas fuentes indicaron que la acción se produjo con un «nivel suficiente de organización y jerarquización».
La capital navarra fue testigo de un nuevo brote de violencia callejera. Ayer, pasada la medianoche, un grupo de jóvenes encapuchados, unos treinta según la Delegación del Gobierno, atacaron de forma simultánea el edificio consistorial y cuatro cajeros situados en el casco antiguo de la ciudad.
En cuanto a las consecuencias, no se produjeron heridos por las llamas y los daños materiales ocasionados fueron «escasos» y consistieron principalmente en el ennegrecimiento de la fachada del Consistorio pamplonés y restos de líquido inflamable en los cajeros atacados. Además, una de las sucursales (de la Caja Rural, situado en la calle Mercaderes) presentó un cristal roto por el impacto de una tapa de alcantarilla. El «rápido y contundente» despliegue de las unidades de intervención de la policía impidió que los incidentes continuaran.
De la información recopilada hasta el momento, se conoce que el Ayuntamiento fue atacado por una treintena de jóvenes encapuchados que accedieron desde la calle Navarrería y abandonaron la Plaza Consistorial hacia la calle Jarauta. Según la Delegación, tanto por el número de atacantes como por el número de inmuebles atacados y por la rapidez de los ataques se ha constatado que se trata de una acción «con un nivel suficiente de organización y jerarquización» y por tanto, añadió, «con la firme determinación estratégica de perturbar de forma grave la pacífica convivencia de la ciudadanía».