El Tribunal Supremo ordenó ayer a los Juzgados de Instrucción de Madrid que investiguen si Manos Limpias cometió un delito de denuncias falsas al presentar una querella contra el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo y la fiscal Olga Sánchez. El sindicato de funcionarios acusó al magistrado y a la representante del Ministerio Público de prevaricación y omisión del deber en el proceso de instrucción de los atentados del 11-M en Madrid en base a unas informaciones periodísticas.
Manos Limpias presentó su querella contra Del Olmo y Sánchez el 2 de octubre. En ella, acusaba al juez y a la fiscal de los delitos de inutilización o destrucción de efectos del delito, prevaricación y omisión del deber de impedir delitos o promover su persecución durante el proceso de instrucción de los atentados del 11-M. Basándose en informaciones periodísticas, el sindicato deducía que se procedió a la destrucción de los vagones donde explotaron las bombas del 11-M, lo que provocaba indefensión en los procesados. Además, aseguraba que no se practicó autopsia a los siete suicidas de Leganés.
Sin embargo, el auto del Tribunal Supremo explica que «no puede apreciarse en ninguna de las actuaciones sumariales delito alguno» y considera que el texto de la querella «evidencia que no sólo carece de todo apoyo técnico jurídico, sino que sobrepasa de forma manifiesta los límites del prudente ejercicio de las acciones penales y entraña un manifiesto abuso de derecho y fraude procesal». Esto, apunta, podría constituir un delito de los referidos en el Código Penal en el Título 'De la acusación y denuncia falsas y de la simulación de delitos'.