El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó ayer que el objetivo del Gobierno es unir a todos los partidos democráticos en torno a la política del Ejecutivo contra ETA, más allá del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo suscrito en exclusiva con el PP. Para conseguir esa unidad de las fuerzas políticas, Rubalcaba propuso celebrar reuniones quincenales con cada uno de los grupos parlamentarios para analizar la situación tras el atentado de Barajas y sentar las bases de un posible acuerdo futuro «lo más amplio posible» y que no incorpore sólo al PP.
Esta iniciativa fue aceptada por todos los grupos políticos, salvo el PP, que si bien aceptó recibir información periódica del Gobierno sobre la nueva situación, apostó por recuperar el Pacto Antiterrorista al que podrían adherirse los partidos que «quieran». Sin embargo, las demás fuerzas insistieron en que ese pacto está «superado» y «caduco», especialmente CiU y PNV, que consideran que el acuerdo PP-PSOE, firmado en el año 2000, fue un «instrumento de combate ideológico contra el nacionalismo vasco».
Tras la primera jornada de la ronda de contactos entre el ministro del Interior y los grupos parlamentarios, Rubalcaba reconoció que no será fácil conseguir el objetivo de la unidad «de la noche a la mañana» por lo que pidió al PP que «una sus fuerzas» con el Gobierno y las demás fuerzas políticas. Rubalcaba admitió mantener una «relación especial» con el PP pero rechazó un «monopolio» de esta formación en política antiterrorista. «La suma es la garantía del éxito, y todos juntos somos más fuertes que separados», subrayó.