El féretro de Diego Armando Estacio, la segunda víctima del atentado de ETA perpetrado el sábado de la semana pasada en el aeropuerto de Barajas, partió ayer, a las 17:30 horas, en un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas desde la base militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) rumbo a Guayaquil (Ecuador).
Desde ahí, sus restos mortales serán trasladados por carretera hasta la pequeña ciudad de Machala, la localidad en la que nació y donde será enterrado por deseo de sus familiares.
En el Boeing 707 fletado por el Ejército español, viajan también veintinueve familiares (entre ellos varios niños), tres psicólogos del SAMUR, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí; la directora de Organismos Multilaterales e Iberoamérica, Anunciada Fernández de Córdoba, y el director general de Asuntos Consulares, Miguel Angel de Frutos.
En la base militar, despidieron al féretro el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el de Defensa, José Antonio Alonso; el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el secretario ejecutivo de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, y el director de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez Uribes.
Antes de que el avión despegase, el párroco de la base, Javier de la Vega, ofició un emotivo responso, como ya hizo con los restos de la otra víctima del atentado, el también ecuatoriano Carlos Alonso Palate.A la breve ceremonia de despedida acudieron cerca de un centenar de amigos y familiares del fallecido, algunos de ellos procedentes de Italia, que protagonizaron escenas de emoción.
El furgón con los restos mortales de la víctima llegaba a la base militar de Torrejón poco antes de las cinco de la tarde, procedente del Instituto Anatómico Forense, donde dos médicos forenses de la Audiencia Nacional le practicaron la autopsia. Según el informe preliminar, falleció por asfixia, en concreto por una «insuficiencia respiratoria», que pudo ser causada por la inhalación de gases o por aplastamiento, ya que el coche en el que se encontraba estaba sepultado bajo toneladas de escombros. Los equipos de rescate que trabajaban en la zona desde el pasado sábado recuperaron el cadáver de Diego Armando a las 9:35 de la mañana, 31 horas después de localizarlo en el interior de su coche.