El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, confirmó ayer que el jefe de cirugía del hospital público Gregorio Marañón, José Luis García Sabrido, viajó el pasado jueves a La Habana en un avión fletado por el Gobierno cubano con la intención de examinar la posibilidad de operar al presidente Fidel Castro.
Lamela hizo estas declaraciones en el hospital Niño Jesús de Madrid, que visitó con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para felicitar la Navidad a los médicos de guardia y a algunos de los pequeños ingresados.
El consejero madrileño explicó que desde el pasado mes de junio el sistema público sanitario regional «viene enviando medicamentos, a instancias del Gobierno de Cuba, a través de su Embajada», si bien no quiso precisar qué tipo de material médico ha sido enviado «porque revelaría la patología del paciente» y, por tanto, vulneraría la confidencialidad médica y la política informativa que sigue el Gobierno de La Habana.
Lamela aseguró que «seguirán dando el apoyo y la asistencia» que el Gobierno cubano «pueda demandar en cada momento» y recordó que el auxilio en materia sanitaria es «una obligación internacional».
«Cuando un gobierno solicita ayuda o colaboración las administraciones sanitarias los prestan», añadió. El hermetismo que impera en La Habana seguiría, incluso si Fidel Castro es operado.En este sentido cabe destacar que el escritor colombiano Gabriel García Márquez, uno de los grandes amigos de Castro, ha estado un mes en La Habana y no ha podido ver al enfermo líder cubano informa la revista 'Semana' en su última edición que circula desde ayer. Es un «mal indicio», según la publicación, en un momento en que «siguen las especulaciones acerca del estado de salud de Fidel Castro».