El Tribunal Supremo (TS) estimó ayer que no hay obstáculo a los contactos entre los partidos políticos y la ilegalizada Batasuna, en referencia a la entrevista del pasado 6 de julio entre dirigentes del PSE-EE y Arnaldo Otegi, mientras no haya una «orden expresa» que prohíba éstos.
La sala de lo penal del Alto Tribunal se pronuncia así en un auto notificado ayer en el que acuerda no admitir a trámite la querella que el sindicato ultraderechista Manos Limpias interpuso contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y contra los dirigentes del PSE-EE Patxi López y Rodolfo Ares, por la reunión que éstos últimos mantuvieron con Arnaldo Otegi.
El Supremo dice que «vendría a ser un fraude constitucional» que alguien pretendiese «corregir la dirección de la política interior o exterior» que la Constitución encomienda al Gobierno democráticamente legitimado, y que sería «impropio» pensar que los tribunales controlan la acción del Ejecutivo y de los otros poderes del Estado sometiendo a enjuiciamiento penal a sus titulares.Manos Limpias, cuyo secretario general es el ex dirigente del partido de extrema derecha Fuerza Nueva, Miguel Bernard, se querelló contra Rodríguez Zapatero, Blanco, López y Ares por presuntos delitos de prevaricación, desobediencia y quebrantamiento de medida cautelar por considerar que la reunión que mantuvieron los socialistas vascos con Otegi el pasado verano había supuesto una «quiebra del Estado de Derecho» y una vulneración de la Ley de Partidos.