El ex dirigente de las Juventudes Socialistas y actual diputado del PSOE Eduardo Madina aseguró ayer que si la bomba lapa que le adosó al coche un comando de ETA hubiera estado bien colocada y él hubiera tenido menos estatura -mide más de 1,90-, hoy estaría muerto.
Madina hizo esta afirmación durante su declaración como testigo ante la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que comenzó a juzgar a dos presuntos integrantes de los comandos implicados en el atentado contra él, en el que perdió una pierna, y a dos de sus colaboradores.
Madina comenzó relatando cómo se produjo el atentado y manifestó que cuando estalló la bomba-lapa en la parte delantera de su coche, a la altura del volante, supo desde el primer momento que había sido obra de ETA por el acoso al que en esa época la banda estaba sometiendo a los cargos del PSOE con asesinatos como el del concejal Juan Priede.
A raíz de esta acción terrorista, de la que Madina dijo que aún no se ha recuperado, «en mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y de tristeza envolvió a mi familia». De hecho, aseguró que su madre -que, al igual que él y su padre, cayó en un profunda depresión- murió diez meses después a causa de un infarto que Madina, hijo único, achacó a todo lo ocurrido.